—Mientras él no se esté familiarizando demasiado o mostrando algún interés indebido, no pensaré demasiado en ello —añadió con un toque de broma mientras sorbía su té, lanzando una mirada fugaz a Gerald. Sin embargo, para cualquiera que escuchara, incluida Hera, sus palabras llevaban más peso como una amenaza sutil que como una broma ligera.
Incluso Rafael nunca había visto este lado de Luke antes, pero infería que Luke debía estar reconociendo la competencia intensificada por la atención de Hera. Parecía claro que Luke sentía la presión a medida que otros pretendientes intensificaban su cortejo. Rafael supuso que si Luke no aumentaba sus propios esfuerzos en cortejar a Hera, no solo corría el riesgo de perderla, sino también de ver cómo otros avanzaban en sus relaciones con ella. Rafael sospechaba que esta realización afectaría profundamente el orgullo y el sentido de masculinidad de Luke.