Timothy se sorprendió porque nunca esperó esa reacción de Samantha. Su intención original era bromear con ella y hacer que se relajara un poco más.
Levantó ligeramente la cabeza y miró las mejillas rosadas de Samantha. Con un ligero levantamiento de ceja, su voz se volvió aún más ronca que antes —¿Estás segura?
Era raro que él fuera tan 'caballeroso'.
Samantha aún no hablaba, pero luego levantó los brazos y los enroscó alrededor del cuello de Timothy. Luego alzó su rostro y besó sus delgados labios.
Sus acciones eran un firme '¡Sí!'.
Una alegría cruzó por los ojos de Timothy mientras sus cálidas yemas de los dedos frotaban suavemente sus labios. Él dijo con voz baja y ronca —Más te vale no decirme que pare.
Al final de su frase, tomó la iniciativa y plantó besos por toda su frente, ojos, nariz y labios.
Daba besos tan delicados que parecía como si estuviera cuidando un tesoro perdido hace mucho tiempo que finalmente logró recuperar.
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