Rosa temblaba bajo su agarre, y a pesar de sus palabras, continuaba luchando, pero ahora harto de su actitud, agarró de manera brusca su delgada cintura y la atrajo hacia sí.
Separaó sus piernas y procedió a desabotonar sus jeans.
—¡Detente! ¡Por favor para! —Ella pataleaba para liberarse, pero Logan la mantuvo presionada y desabotonó sus jeans tan rápido como pudo.
Se dispuso a quitárselos, pero fue entonces cuando un fuerte golpe sonó en la puerta.
Tanto él como Rosa dirigieron la mirada hacia la puerta al mismo tiempo, y una profunda arruga se asentó en su rostro.
—¡Abre esta puerta, Logan! —Sonó una voz que pertenecía a Valerio, y el corazón de Rosa dio un vuelco.
Burbujas de lágrimas afloraron en sus ojos, y trató de empujar a Logan para quitárselo de encima.
—¿Has visto lo que has ocasionado? —Logan frunció el ceño hacia ella y decidió hacerlo aún más rápido antes de que pudieran irrumpir en la habitación.