Feng Tianyi, que estaba super ansioso por Tang Moyu frente a esos hombres, se quedó sin palabras por lo que había presenciado esa tarde. Jamás en sus sueños más locos pensó que Tang Moyu tendría un lado tan peligroso, del cual no tenía idea hasta ahora. No es de extrañar que Gu Yuyao no estuviera preocupada por sus amigas.
Cuando leyó el expediente de Tang Moyu sobre que tomaba clases de artes marciales y autodefensa, vagamente asumió que eran unas de esas lecciones normales que las herederas como Gu Yuyao y Tang Moyu debían tomar. Pero presenciar a su mujer luchando, defendiéndose sin apenas sudar... el diablo se sorprendió y se sintió orgulloso al mismo tiempo.
'¡Mi mujercita es tan genial!' pensó, con la mirada fija en su mujer, negándose a apartar la vista de Tang Moyu mientras ella se tomaba su dulce tiempo, disfrutando la oportunidad de golpear a Han Shaohui.