Gu Yuyao se aclaró la garganta. Quería decir que él llegaba demasiado tarde, pero al mirar la cara del anciano, se dio cuenta de que ya no podía fingir que no le importaba. Francamente, también estaba cansada de huir y quería asentarse con He Lianchen. Quería saber si no era demasiado tarde para ser verdaderamente feliz con el hombre que la amaba más que a nada.
—Mientras dejes de molestarme y de obligarme a casarme con alguien que no me gusta, creo que estamos bien, abuelo —le siseó. No podía creer que este anciano pensara que el diablo sería una buena pareja para ella.
¡Incluso si eran parientes lejanos, nunca se involucraría románticamente con Feng Tianyi!
El Anciano Gu asintió en acuerdo. Podía hacer eso siempre que ella dejara de huir y le informara de su paradero.