En ese momento, un mensaje de texto apareció en el teléfono celular: ¿Cómo va todo? ¿Ya salieron los resultados de la prueba?
Fue enviado por Samuel Richardson.
Phoebe Belmont movió sus dedos ligeramente sin responder y metió el teléfono celular en su bolsillo.
Se levantó, con las piernas temblando un poco por los nervios.
Caminó hacia la barandilla, su expresión distraída.
Fue justo entonces cuando Joshua Thompson pasó por allí, deteniéndose al notarla y luego mirando sospechosamente el cartel de obstetricia y ginecología cercano.
Phoebe continuó mirando fijamente la barandilla sin notar a Joshua Thompson.
Joshua aceleró el paso y la pasó por un lado, con el rostro algo desagradable.
—Daniel Thompson no sería tan ignorante como para dejar embarazada a Phoebe Belmont, ¿verdad? —se preguntó él mismo.
A su edad, sería una vergüenza para la compañía y la familia si todavía tuviera un hijo.