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64.38% La Leyenda del Scire / Chapter 47: Capítulo 13: Lo que ella sentía  

Chương 47: Capítulo 13: Lo que ella sentía  

Remia, Zenith, Residencia Di Rem - 24 de Marzo - Año 526

 

—Rygal Di Rem. —La voz de Yoh recorrió de inicio a final la enorme sala a la que había entrado, alta y larga, con una mesa de cristal que iba desde la entrada hasta la pared opuesta a esta, y se ubicaba exactamente en el centro. Rygal se encontraba sentado en la esquina contraria a la de entrada—. No quise creer que realmente tú me habías llamado, hasta que me trajeron a tu residencia —admitió.

—Yoh Tales, ¿Qué tal? Puedes tomar asiento, por favor. —Rygal le ordenó con un ademán a sus mayordomos que movieran la silla de su invitado—. Bien, pueden retirarse —añadió, echándolos del salón.

—Sí señor —respondieron todos al unisonó, dejándolos solos a ambos.

Yoh tomó asiento. Su visión era totalmente acaparada por la figura de Rygal. La única vez que se habían visto había sido en la guerra, él y su grupo tuvieron varios enfrentamientos consecutivos con distintos contrincantes, en uno de esos llegó a luchar contra Cole Vernom, en ese momento, antes de que tomara el apellido de su padre. Esta pelea fue espectada por Rygal, quien le había otorgado el Scire a su hijo luego de su derrota en la batalla contra Lara Harch, y Yoh era su primer contrincante luego de ese aumento de poder. El combate en realidad nunca llegó a concluir, no hubo un vencedor, ya que fue interrumpido por la aparición de Rhys Windsor, en busca de su padre y su hermano, y él tuvo que huir antes de que también se convirtiera en una víctima del ataque del Niño Maravilla. Aunque su derrota inminente se veía venir, ya que tal suceso ocurrió unas semanas antes de que él fuera derrotado por Rhys Windsor y tuviera que regresarse a Muliche a buscar la ayuda de su maestro, sólo unos días antes del asedio de los grupos revolucionarios a la capital, y el final de la guerra.

En ese entonces ni siquiera tenía su Scire, no era ni una mínima parte igual de poderoso que en ese instante, él pensó que tal vez por ese motivo Rygal lo había llamado, porque después de tanto tiempo, lo veía como un igual... O quizás sólo era simple interés, más con el propósito que ambos compartían parcialmente... El control de Fons.

—¿Desde cuándo no oigo de ti, Rygal? Si mal no recuerdo la última vez que hiciste algo que impactara fue cuando decidiste bajarte del conflicto en Fons ya que Rhys Windsor había sobrepasado sus límites y temías por lo que pudiera pasar —declaró, con sarcasmo. ¿Estaba haciendo bien en tomar tal confianza con Rygal Di Rem?

—No temía por lo que pudiera pasar, sólo me tomé más tiempo de formular una nueva estrategia, no puedo dejar a Rhys Windsor suelto haciendo lo que se le plazca, se entromete en mis planes, justo como ahora —respondió Rygal, soltando unos papeles por encima de la mesa.

—Ya veo... Así que él y su equipo serán los guardias de la coronación, ¿Y qué planeas hacer, Rygal?

—Sé que nuestros objetivos son diferentes, pero creo que por esta vez deberíamos unirnos, perder el dominio en Fons conllevaría mucho, y sé que tú tampoco quieres que eso suceda.

—Eso parece... ¿Y qué planeas hacer? Valga la redundancia.

—Desestabilizar la política desde la raíz... Una nación semi-militarizada donde una monarquía es casi absoluta depende de su rey como ninguna otra, si podemos arruinar su subida al trono, será todo más fácil, una nueva guerra podría llegar a formarse, y quizás nos necesitarían de nuevo. 

—Yo creo que Rhys Windsor podría encargarse de cualquiera de nuestros ejércitos fácilmente, aun así, lo de desestabilizar la política desde dentro puede funcionar, una crisis interna no será fácil de controlar para alguien con tan poca experiencia al frente de una potencia como Fons, podremos manipularlo fácilmente —indicó Yoh.

—Aun así, no hay nadie que conozca mejor la política interna de las naciones que Rhys Windsor, si él está del lado de Lee Ex Fons se podría complicar, él conoce todos nuestros trucos, así que no podremos hacerlo de infiltrados, si vamos a intentar truncar la asunción de Lee debemos hacerlo con seguridad de que Rhys Windsor sabrá que somos nosotros.

—Eso era un riesgo a tomar desde el principio... Pero mira, Rygal, yo no pretendo perder la influencia que tengo en Fons luego de mantenerla por más de seis años, mi plan apenas está comenzando y perder la nación sería retroceder demasiado, casi muero muchas veces por enfrentarme a tu hijo y a los altos mandos del ejército de Fons, si tú tienes un plan creo que debería apoyarte, el genio aquí eres tú... ¿Cierto, Sombra de Remia?

—Claro —Rygal rio—. Tengo un plan... He pensado hacer obvio que somos nosotros desde el principio, primero instaurar miedo y desconfianza en Lee, Rhys y el resto, luego hacer realidad esa amenaza, y hay dos fechas perfectas para hacerlo... La ceremonia y la coronación.

—Entiendo... Amenaza en la ceremonia y actuar en la coronación, ¿No es así?

—Lo sacaste rápido... Primero daremos aviso, seamos obvios, que se note que queremos sabotear ambas ceremonias... Le tocaremos el ego a Rhys Windsor, él siempre planea todo de antemano, se esforzará en intentar demostrar que nada está mal, pero si podemos hacer que Lee asuma sin problemas será bueno, luego, una semana después de que el nuevo rey haya tomado el trono... ¡BOOM! —dijo, golpeando la mesa con fuerza, el sonido retumbó e hizo eco en la sala—. Un ataque en su coronación... Así que no estaba todo tan bien como se creía... Las personas y el Consejo comenzarán a perderle la confianza, ahí podremos bajarlo fácilmente, ni siquiera Rhys Windsor podría hacer algo, más caos sólo los perjudicaría a ellos, deberán entregarnos el liderazgo de la nación en la interna o llevarnos a una guerra, y como lo dije, la segunda opción no es nada factible —explicó, con algo de detalle.

—No es un plan perfecto, tiene más fallas cada vez que lo analizo de nuevo, aun así, ahora mismo es lo único que podemos hacer si nos estamos enfrentando a alguien tan poderoso no sólo hablando de sucesos bélicos ni en militarismo, sino que también políticamente, creo que comprende cómo funcionan las poblaciones, si ellos se rebelan todo será peor y Fons volverá a la guerra civil, tiene sentido que lo quieras hacer así, creo que podría ayudarte... Sí, creo que podría hacerlo —dijo Yoh, mientras titubeaba un poco, pensando los pros y contras del plan. 

—¿Así que aceptas?

—Podríamos intentarlo, Rygal, es mejor eso a que perder Fons sin hacer nada, para no ensuciar el nombre de Remia si quieres puedo encargarme de todo, tu sólo tienes que darme recursos, yo ideo todo lo demás.

—No creo que sea sólo para no ensuciar el nombre de Remia, seguramente sea con segundas intenciones, pero bueno, después de todo, esta reunión en su totalidad se trató de segundas intenciones —dijo Rygal, sacando una tarjeta de su bolsillo—. Toma —agregó lanzándosela al deslizarla por encima de la mesa.

—¿Una tarjeta de oro? —preguntó Yoh, atrapándola entre sus dedos.

—Es mi sello personal, entrégasela al Comandante Supremo del Ejercito Real en la Isla Rem... Él sabrá qué hacer.

—Así será, Rygal Di Rem... Fue un gusto hacer negocios contigo —declaró Yoh, poniéndose de pie.

—Sí... «Negocios». —Rygal soltó una mansa risa—. Por cierto, algo más, si quieres saber algo sobre la cúpula militar o el gobierno en Fons habla con Michael Harch, dile que vas de mi parte, él me debe un favor hace unos años, seguramente podrá ayudarte —añadió, otorgándole también una foto.

—¿Él no fue el que mató a su hermano? —preguntó Yoh cuando distinguió a la persona de la foto.

—Lo hizo... Mató a Thomas Harch, el padre de Lara Harch —respondió Rygal, parando un instante luego de recordar algo importante—. Con respecto a eso, hay algo importante que debes de evitar hacer... Ni se te ocurra acercarte a ella, es probablemente la persona más importante del mundo en este momento, más importante que Rhys Windsor inclusive, ya que su poder reside en ella, sólo déjala pasar, no es necesaria esta vez —le recomendó.

—Pero si su poder reside en ella, ¿No sería más fácil acabar con ella y él pierde su apoyo? Debilitarlo es lo mejor que podemos hacer.

—No, estás equivocado... Ella es quien lo controla, sin ella sólo saldría todo su poder, y si ahora es fuerte, al alcanzar ese nivel no lo sería sólo un millón de veces más, su poder se aumentaría hasta el infinito, y si eso pasara, no sólo nosotros, sino que todo el universo estaría condenado a su destrucción... Por eso te lo repito, Yoh Tales... Aléjate de Lara Harch. —En un instante, a Rygal lo invadió la seriedad.

—Entiendo, lo haré por esta vez, hasta que descubra si realmente tus afirmaciones son ciertas... Rhys Windsor debe de tener un punto débil, y sé que ese es ella —aseguró Yoh.

—Haz lo que quieras luego, pero hasta el día de la coronación quédate tranquilo, hay que ser lo más recatados posibles, así que, ¿Cuento contigo, Yoh?

—Sí, Rygal Di Rem, lo haces... Nos vemos luego. —Con sus últimas palabras apenas oyéndose en la sala, Yoh cruzó la puerta de salida, y abandonó el lugar.

—Adiós Yoh. —Rygal esbozó una sonrisa al apenas quedarse solo en la sala—. Maldita sea, tendré que sembrar el caos otra vez... ¿Qué piensas, Rhys Windsor? 

 

Presente...

 

Fons, Ash, Palacio Real - 31 de Marzo - Año 526

 

 Temprano en la mañana Rhys decidió hacer presencia en el palacio. Lee le había dejado en claro el día de su gala que ellos tendrían una reunión el lunes para organizar en totalidad la coronación de la cual él debía encargarse de la seguridad.

 Caminando por el largo y casi interminable pasillo cruzó muchos retratos de todos los reyes de Fons, si mal no recordaba, en el correr de la historia fonsesa habían sido veintiún reyes... Veintidós con Lee. Era una historia muy larga la cual contar, una historia que se remontaba a más de cuatrocientos años atrás, una historia que había comenzado con la persona que se encontraba esculpida sobre la inmensa puerta de madera de ébano que daba hacia la oficina del rey... Delta Ex Fons.

 Rhys había visto esa escultura muchas veces desde que era niño. Era una estructura de más de tres metros de alto, parecía pesada, estaba esculpida en mármol blanco. Su inmensidad resaltaba aún más en su altura, asediando la entrada al lugar sagrado de un rey... El título que él mismo había creado. Rhys alzó la mirada y la aprecio con atención. Miró las palmas de esa figura, y ahí lo notó, estas tenían guantes, era obvio, después de todo, la escultura reflejaba a Delta en una armadura militar, pero de todas formas le interesó el hecho de que en la figura no había señal ninguna de que Delta hubiese sido un poseedor del Scire. De igual manera, no había dudas de que lo fue, Vlas tuvo razón aquella vez, él tenía la idea de que todas las personas históricas que se representaban en libros habían sido o estuvieron relacionadas con un poseedor del Scire... Obviamente Delta no era la excepción, pero la pregunta principal que se hizo fue: ¿Qué tan buen poseedor del Scire fue?

 Delta dominó el mundo por sí solo quinientos años atrás, pero eso no significaba que él fue el más fuerte de la historia, nada le aseguraba que en esa época el conocimiento del Scire no era tanto como en la actualidad, quizás el poder que necesitó fue el mínimo, o quizás realmente explotó su Scire hasta el punto que consiguió ese nivel... Quizás Delta también los consiguió... Por lo que pensó: ¿Delta podría haberle ganado? Aunque ese pensamiento se perdió cuando sintió que alguien tocó su hombro.

 —Ey, llegaste temprano, la reunión recién comenzará en dos horas —dijo Lee, pasando a su lado y al llegar a la puerta colocó la llave en la cerradura—. Oh, ya está abierto. —Notó cuando intentó girar el picaporte y la puerta se abrió completamente sin mucho esfuerzo.

Lee dio unos pasos dentro de la habitación. Rhys lo siguió.

 —Creí que todavía estabas durmiendo, quería llegar y tomar una siesta en tu silla, parece muy cómoda —rio Rhys, señalando el escritorio. 

 —Para nada, es una basura, te destroza la espalda, es lo primero que haré como rey, pedirles que me la cambien.

 —Eso digo —dijo Rhys, caminando hacia un sillón que se encontraba contra la pared derecha. Había una pequeña zona donde había una mesa de café y un sillón de cuero blanco. Al parecer era la zona de la merienda o el desayuno, si no podía usar la silla del rey entonces debería recostarse un rato en ese lugar.

 Cuando estaba a punto de sentarse notó un bulto en el sillón, más que un bulto era algo cubierto de una manta, que se movió ligeramente.

 —Lee, aquí hay algo, y se está moviendo —dijo, señalando el bulto en el sillón.

Lee lo miró confundido y se acercó.

 —Oh, es Ashley, seguramente se quedó aquí toda la noche y se durmió en el sillón —dijo Lee, jalando la manta que dejó a la chica descubierta. Acercó el rostro al de su hermana cuando la escuchó quejarse—. Ey, chica, es hora de despertar, ya es tarde —añadió, hablándole al oído mientras la movía sutilmente del hombro.

 Sólo se escucharon quejidos al momento en el que ella se movió, todavía algo dormida se sentó en el sillón con la manta cubriéndole la cabeza y refregó sus ojos soltando un gran bostezo.

 —Mierda, Lee, no dejas descansar en paz —maldijo Ashley, algo molesta—. Apenas dormí tres horas organizando todos los papeles que utilizaremos en la reunión, en tu reunión —siguió con su reproche.

 —Si, si, lo que digas... Luego podemos hablar de eso, pero tenemos visitas ahora —dijo Lee, quitándole importancia al señalar Rhys quien se encontraba parado al lado de ellos de brazos cruzados, mientras reía de la situación.

 —Buenos días, Ash —él la saludó con una sonrisa.

 —Oh, Windsor... Buenos días, te daría un abrazo, pero estoy hecha un desastre, para luego, ¿Sí? —pregunto ella, con simpatía.

 —Sí, claro, esperaré —Rhys asintió.

 —¿Pueden dejar de coquetear frente a mí por favor? Es asqueroso.

La voz de Lee se oyó a espaldas de ambos, seguido de unas risas.

 —Cállate Lee, o te golpearé, me debes una por haberme despertado —dijo Ashley, poniéndose de pie—. Iré a tomar un baño, nos vemos en el desayuno —añadió, saliendo por la puerta.

 —Sí, te esperamos... ¿Desayunarás con nosotros, Rhys? —preguntó Lee.

 —Ya que invitas —Rhys accedió. 

 —Bien, vamos al comedor.

 

Minutos más tarde...

 

 —Debo agradecerte, Rhys —dijo Lee, tomando asiento en una de las sillas de la mesa del inmenso comedor—. Me salvaste la vida a mí y a cientos de personas el otro día, la bomba seguía activada, ¿Quién sabe lo que hubiera pasado si no aparecías?

 —Me estás pagando para que lo haga, Lee, mientras tengamos un acuerdo como el que me hiciste firmar nadie correrá peligro en mi presencia —aseguró Rhys. Se sentó del otro lado de la mesa, enfrentado a Lee.

 —En realidad te contraté mayormente por otro tipo de preocupaciones, yo puedo cuidarme solo, pero los civiles no... Y Ashley tampoco.

 Rhys prestó atención a lo que dijo, y se le tornó extraño que Lee hablara de su hermana de la nada.

 —¿Qué quieres decir? ¿Pasa algo con ella? —inquirió.

 —No del todo, pero ella ahora mismo es una presa en un bosque de lobos, la élite de Fons es un lugar donde predomina la ambición y la codicia, y no siempre se usan tácticas limpias para conseguir lo que ellos quieren... Lo último que quiero es que eso involucre a Ashley, luego de la muerte de mamá y de Diane ella fue la única persona que estuvo a mi lado, y me ha apoyado en todo, incluso se ha estado esforzando el doble para que todo este tema de la coronación salga bien, de hecho, fue ella quien dio la idea de contratarte a ti para la seguridad... La quiero proteger de este mundo, pero hasta que no tenga la total confianza del pueblo mi puesto pende de un hilo, y por eso te necesito a ti.

 —¿No crees que estás subestimando a tu hermana? Ella tiene la capacidad para reconocer el peligro a su alrededor, debes de tener una habilidad especial para sobrevivir en este ambiente, y sé que ella la tiene, solamente que es bajo perfil... Pero es mucho más inteligente de lo que crees —declaró Rhys.

—¿Por qué tienes en tan alta estima a mi hermana? —preguntó Lee, con curiosidad.

 —Lee, conozco a Ash hace mucho más tiempo que tú, conozco a la perfección sus capacidades, estudiamos juntos en Remia, y te puedo asegurar que ella no era una mala estudiante, de hecho, era la única becada en toda la institución, y la segunda de la clase, por detrás de mí... Eso es admirable en todos los sentidos, Lee... Ashley es valiente, es fuerte, es intrépida... ¿Cómo no tenerla en alta estima? Si es una gran chica. —Rhys se vio determinado con sus palabras.

 —Sí, Rhys, lo sé, sé que Ashley es alguien inteligente, fuerte, valiente, intrépida, sé que es una chica admirable, que es genial... Lo sé, realmente lo sé... Pero eso no es suficiente para sobrevivir en este lugar... Tú lo sabes más que nadie.

 —Confía en Ash, Lee, al menos dale el beneficio de la duda, verás que tengo razón en lo que te estoy diciendo.

 —¿Y si darle el beneficio de la duda sale mal? ¿Qué haré si algo malo le pasa? —preguntó el chico, denotando miedo en su voz.

 —Yo estaré ahí, no le pasará nada malo... La protegeré con mi vida, Lee.

 —Vaya, nadie diría eso con tanta seguridad si no le importara Ashley... Al parecer quieres mucho a mi hermana, Rhys, ¿O es algo más? —Lee le lanzó una mirada alusiva.

 —Tu hermana es mi mejor amiga, y alguien muy importante en mi vida, obviamente que la quiero y la protegeré.

 —¿Y a Lara no le molesta eso?

 —¿Por qué le molestaría? Ella también es amiga de Ash, creo que apoyaría mi postura.

 —Pero ustedes tienen una historia, ¿Cierto?

 —Lee, por favor, eso pasó hace mucho tiempo, éramos jóvenes, y bueno, son cosas que suceden a esa edad... Hice sufrir mucho a Ash por culpa de mi actitud en esa época, no voy a cometer los mismos errores que antes, ya estoy casado, tengo una familia y muchas cosas de las cuales encargarme... No tiene sentido seguir actuando como un imbécil, ya terminó esa etapa de mi vida.

 —Entonces, ¿Qué pasó con mi hermana? Siempre que le pregunto a ella ignora el tema, no es que intente involucrarme en sus vidas, pero me interesa saber qué fue lo que hizo que se pelearan aquella vez... No se volvieron a hablar hasta el final de la guerra, ¿No es así?

 —Lara nos ayudó a reconciliarnos, fue extraño, porque ella sabía lo que había pasado entre nosotros, pero nunca lo vio como algo que la afectara a ella aun siendo parte del problema, siempre fue madura en ese sentido... Pero sí, me porté muy mal con Ash... Me aproveché de los sentimientos que ella tenía hacia mí y la usé, como si de un objeto se tratara... No quiero dar detalles de lo que realmente sucedió, no son necesarios, pero la verdad es esa, Ash se merece a alguien que la quiera y la valore por lo que realmente es, que sepa apreciar todo lo que su persona engloba, porque no es una mala chica, es una de las mejores personas que conozco... Pero yo no pude ser esa persona que ella merece... Y le hice mucho daño.

Rhys bajó su mirada, y su mente se llenó de recuerdos pasados, aquellos de Remia, de su adolescencia, cuando Ashley era aquello que amaba ver todos los días, esa sonrisa que ella le regaló mil veces fue por mucho tiempo el desahogo de su vida. Nunca supo si amó a Ashley como amó a Lara, o a Artemisa, incluso a su madre. Nunca entendió en su totalidad esos sentimientos que ella le despertaba, y siempre la lastimó por no saber cómo actuar ante ella, que sí estaba enamorada suyo. Desde esos días en Remia, cuando comenzó a salir con Lara y la dejó de lado, hasta antes de irse, cuando la trató mal, a ella y a Jake... Y al final, todo volvió al principio cuando volvieron a verse en Remia, y lo único que hizo para consolar su pena y sentirse como en esos días cuando amaba estar a su lado en Remia fue llevarla a la cama.

Fue una basura con ella, en sus peores momentos, le hizo mucho mal, y por eso se sintió aliviado cuando luego de que durmieran juntos esa noche en el transcurso de la guerra ella no quisiera volver a verlo jamás, diciendo que lo odiaba, que despreciaba su persona... Se sintió aliviado porque sabía lo malo que él era para ella, y que, en realidad, él no iba a poder irse de su lado, y seguiría actuando como una mierda con ella, cada vez peor... Lo que ella hizo, fue necesario, para ambos. Él se quedó solo y cayó a lo más bajo, donde no le quedó nada más que volver a subir, y desde ese momento, no volvió a hacerlo jamás... Y ella... Ella nunca paró, nunca miró atrás de nuevo... Y desde ese momento, avanzó... Tal vez por esa razón pudieron limar asperezas esos días antes a su casamiento con Lara, cuando Ashley fue designada su madrina de bodas... Tal vez por esa razón Ashley lo supo perdonar, y él pedir ese perdón. Y aunque eran amigos desde ese momento, la seguía amando, ya que pudo comprender esos sentimientos que siempre tuvo hacia ella... Comprendió el valor de su amistad, el valor de su presencia en su vida, todo lo que hizo por él en Remia, lo que hizo por él en Fons, lo que nunca supo apreciar... Pudo decirle «gracias». Pudo dejarla ir... De una vez por todas.

 En la entrada a la cocina, detrás de la pared que separaba ambas habitaciones, Ashley escuchaba la conversación de su hermano con Rhys... Con una sonrisa en su rostro.

 Ella conoció a Rhys cuando apenas tenía once años. Estudiante de nuevo ingreso y becada en la escuela más prestigiosa del Reino de Remia. Era un ambiente en el cual ella no se sentía cómoda, todos la miraban como un bicho raro, como la única persona en el lugar que no estaba a su altura, y el aislamiento no se hizo esperar. Ella le encontró un lado bueno a estar sola en ese lugar, aunque era pequeña no era estúpida, se pudo dar cuenta del interés y las falsas apariencias que hacían parte de todos, y sabía que no se acercaban a ella porque no podían recibir nada a cambio de alguien a quien consideraban inferior, eso significaba que la persona que se acercara lo haría con genuinidad, y realmente interesado en su persona, no en su estatus social.

 Rhys Windsor, el príncipe de Remia. Incluso siendo un año menor a ella estaba en su clase, ella se consideraba inteligente, pasó todos los exámenes requeridos por su beca con la máxima nota, y cuando pudo acoplarse a su clase se dio cuenta de que nadie tenía su nivel, eso le dio reconocimiento, le dio confianza, pero ese chico llegó, y ella pasó a un segundo plano. Él era increíble, jamás creyó que una persona fuera tan abismalmente superior a todos de esa manera. No había nada en lo que no fuera bueno, era buen deportista, buen estudiante, era carismático y se ganaba a las personas solamente con algunas palabras, tenía la escuela entera bajo sus pies. Era obvio que algo así sucedería, el ambiente clamaba que el día que llegara la persona con una influencia capaz de mover un país entero todos estarían detrás de él, y ese era Rhys Windsor: El Chico Prodigio. El Príncipe Prometido.

 Ella se encontraba en esa época en la cual el rostro de un chico era capaz de enamorarla, sólo porque era lindo, y eso pasó con Rhys, así como a la mayoría de las chicas de la institución, a ella le gustaba. Tenía una leve decepción en sí misma, porque también sabía que a él jamás le interesaría una chica como ella, de hecho, hasta parecía invisible dentro de su propio ambiente, lo único que la hacía resaltar era ser la primera de su clase, pero con Rhys, hasta eso se fue a la basura. Por eso, se llevó una sorpresa el día en el que él le pidió para hacer esa tarea juntos.

«Nadie en este salón de clases parece tener idea de lo que estamos estudiando, pero tú si sabes de lo que esto se trata, y si tengo que hacer un trabajo en equipo prefiero hacerlo con personas que estén a mi nivel». Fue la frase más egocéntrica que alguna vez escuchó, pero tan real a la vez, aunque eso no importaba, porque su teoría se había caído a pedazos con la última afirmación. Él prefería hacer esa tarea con personas que estuvieran a su nivel, eso significaba que la veía como un igual. Al final, no era tan invisible como ella pensaba.

 Eso fue el comienzo de su amistad con Rhys. El chico nunca la desprestigió ni la subestimó, siempre admiró sus capacidades, siempre la trató como un igual. Ese trato le dio una incesante búsqueda de aprobación de su parte, y se esforzaba mucho por resaltar, por seguir estando a su altura. En base a esta actitud ella se hizo conocer, y en el segundo año ya era muy popular en el colegio. Ella intentó no dejarse llevar por ese reconocimiento, fue una consecuencia directa de su amistad con Rhys, por eso sólo le importaba lo que él pensara de ella y nada más, tampoco su atracción hacia él disminuyó, y aunque él siempre la trataba como su amiga, todavía pensaba que tenía una oportunidad... Hasta que Lara Harch llegó.

 Rhys se enamoró de ella al instante, Ashley lo comprendió, si a ella le gustaran las chicas también habría caído por Lara. Era perfecta, en todos los sentidos, tenía todo lo que ella no, por eso no se sintió mal, sólo lo aceptó, y al ser amiga de ambos los apoyó siempre que pudo.

 Fueron muchos años en Remia, una época llena de recuerdos, y aunque todo terminó abruptamente todavía le guardaba mucho cariño a ese lugar. Cuando Rhys desapareció de la vida de todos pudo olvidarse de él, pudo concentrarse en su vida, hasta salió algunos meses con un chico, uno de sus amigos, Jake Lauren, pero no funcionó. Y ante esta ruptura, sólo le quedó pensar en su futuro, aquel futuro que encontró en Fons luego de haber sido aceptada en la universidad.

 Pero todo volvía, y hasta no cerrar la situación completamente sabía que su pasado no iba a desaparecer sin más, por eso no se sorprendió cuando Rhys apareció en su vida de nuevo. Ahora sin Lara, ahora sin ganas de vivir... Ahora sin nada. Sus sentimientos jamás concluyeron en su totalidad, ella sabía que no había dejado de estar enamorada de Rhys, sólo se había olvidado de él ya que tenía entendido que no lo iba a ver de nuevo, pero se equivocó, y esos sentimientos volvieron, él jamás había dejado de ser su debilidad. Fue estúpida, se dejó llevar y por eso ambos hicieron cosas de las cuales terminaron arrepintiéndose. Pero debieron seguir adelante, aceptar sus errores como personas adultas que eran, ella los vio como enseñanzas, como una moraleja... Para no volver a actuar de esa manera.

 Tiempo después de todo lo que sucedió con ellos en la guerra, Lara y Rhys se casaron, ella obviamente estaba feliz, ellos eran sus amigos e iban a ser felices juntos, nunca fue una persona la cual envidiara los logros de los demás, por eso, por primera vez en su vida concluyendo con esa historia en su pasado, al fin pudo superar a Rhys, al fin pudo terminar con esos sentimientos para siempre, y seguir adelante sola... Y llegó lejos, su posición y su linaje la ayudaron, obviamente, pero Rhys tenía razón, ella se sintió muy humilde y no quiso aceptar que todo lo logrado también fue gracias a sus propias capacidades, ella era su propio orgullo, y a la única persona que le debía algo era a sí misma, y con esa moraleja en su cabeza, grabada para siempre, no tenía pensado desviarse de su camino, llegaría aún más lejos de lo que estaba, cuidando a Lee o a quien fuera... Ella era Ashley Crown, y eso sí que no iba a cambiar... Nunca lo hizo... Debió saberlo desde el principio.


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