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Chương 3: CHAPTER 3: Comienza el Viaje.

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 Sin conocimiento, la habilidad no se puede enfocar. Sin habilidad, la fuerza no puede ser ejercida y sin fuerza, el conocimiento no puede ser aplicado. 

~ Daeron Targaryen.

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WESTEROS

Crownlands, King's Landing: Red Keep.

━━━━━━━━━━━━━ 『 272 d.C 』

Daeron IV

—¡Es tan bonito!—

La sonrisa apareció en mi rostro mientras observaba cómo Shaena y Jaehaerys miraban encantados a su nuevo hermano menor, el Príncipe Aemon Targaryen. Había sido un largo mes y algunas semanas para que mi madre entrará en trabajo de parto, afortunadamente los Dioses estaban de su lado y todo había terminado muy bien, lo cual aumentaba mi felicidad.

Gaemon era un bebe de un año, por lo cual simplemente disfrutaba jugando bajo la atenta mirada de su cuidadora mientras nosotros nos reuníamos alrededor de mi madre y el pequeño Aemon.

—Así de pequeña y bonita eras tu, hermanita— Dije con cariño.

—¡Soy muy bonita!— Respondió Shaena con clara vanidad en su voz para diversión mía y de mi madre.

—Por supuesto que si, cariño— Exclamó Rhaella, y le acarició el cabello con suavidad.

Durante todo este tiempo, además de prepararme para mi viaje, había pasado mucho tiempo con mi familia. Pasando tiempo con Shaena contándoles historias que le gustaban a ellas, jugando con Jaehaerys y teniendo mi tiempo con Gaemon. Por supuesto pase tiempo con mi madre, Rhaella, asegurándome que tuviera todo lo necesario para tener un parto en paz y sobre todo, que no se estresará por todo lo que iba a pasar con mi viaje.

Ella no se sentía segura de todo esto pero confiaba en mi pero sobre todo, confiaba en las habilidades de Ser Barristan para protegerme y cuidarme.

Poco después los niños fueron llevados por sus cuidadores a sus lecciones y en el caso de Gaemon, fue llevado a tomar su debida siesta. Dejándome solo con mi madre y el pequeño Aemon, que fue tomado por una nodriza que alimentaria, en un tiempo tuve la necesidad de investigar a todas las mujeres responsables de cuidar a mis hermanos menores pero todas eran mujeres de confianza de mi madre y más importante aun, eran amables y muy buenas en su trabajo.

Por lo cual lo había dejado estar, pero me asegure de que ninguna de ellas estuviera cerca de mi padre y sea una de las tantas mujeres que va a su cama. 

La relación de Aerys y Rhaella, muchas veces me recordaba a las historias e informes de Aegon IV el Indigno y la Reina Naerys... afortunadamente, Aerys no tenía amantes de alta cuna y no había rumores de bastardos por el reino.

Aunque las acciones de algunas de las amantes del rey, daban a entender que ya había algunas semillas del dragón por las calles de King's Landing.

—¿Cuándo partirás, hijo mío?— Preguntó Rhaella con suavidad.

—¿Ya quieres deshacerte de mi, madre?— Bromee con una sonrisa, intentando aligerar el ambiente pero mi madre me miró con seriedad.

—Sabes muy bien mis pensamientos sobre este viaje, Ron— Exclamó Rhaella con seriedad.

—Lo se, madre. Pero debes confiar en mi, este viaje es importante para mi— Contesté con suavidad, ella estaba en contra y realmente no creyó que Aerys me permitiera hacer dicho viaje, por lo cual ella estaba preocupada... solo la presencia de Barristan parecía calmarla un poco.

—Explícame, el por que, hijo mío. ¿Cuál era la razón para realizar un viaje de tal magnitud?. Te mantendrás lejos de nosotros, tu familia durante quien sabe cuanto tiempo— Exigió Rhaella con seriedad, pero podía escuchar el sufrimiento en su voz y ver la tristeza en sus ojos.

Tome su mano con suavidad, y le sonreí para tranquilizarla. —No temas, madre. Esto lo hago por nosotros, por nuestra casa— Dije con suavidad. —Debo aprender sobre nuestro reino, adquirir conocimiento y hacerme más fuerte para protegerte a ti y a mis hermanos. Y no puedo hacerlo aquí—

—¿P-Por que?— Preguntó Rhaella, y podía ver cómo quería llorar y no sabía si era por la angustia o mis palabras.

—Ya he aprendido todo lo que pude sobre los libros de la Fortaleza Roja. Algunos los he leído más de dos veces. Es hora de crecer afuera de la protección de los muros—

—¿Y tus lecciones con Ser Willem Darry?—

—El último tiempo ya he demostrado que puedo vencerlo a pesar de mi edad. Y la mayoría de escuderos ya no quiere enfrentarme— Respondí con suavidad, y le di un apretón a su mano. —Se que mi partida te causa dolor, madre. Pero no me iré por siempre, este viaje es para ayudarme a crecer y cómo dije, esto no es para mi, es por ti y mis hermanos... debo ser más hábil, fuerte y sabio para protegerlos. Además, que te enviaré cartas cada vez que este en algún castillo o pueblo—

Me quede en silencio luego de finalizar mi pequeño discurso, y espere a mi madre, que se limpió una lágrima solitaria de su rostro y suspiró para mirarme con una suave sonrisa.

—*Sigh* No puedo evitar que hagas este viaje, eres tan testarudo como los dragones que una vez tuvo nuestra familia— Dijo Rhaella con su sonrisa. —Aun con tristeza, me alegra saber que quieres volverte fuerte para proteger a nuestra familia. Por ese pensamiento, no podría estar más orgullosa de ti, hijo mío. Y esperare esas cartas con mucha frecuencia—

Sonreír, y observé a la mujer a la que, con los años, había comenzado a ver como mi verdadera madre y dios sabe que daría el reino por ella. No iba a permitir que sufriera de ninguna forma, y aunque no podía evitar sus embarazos, iba a evitar todo el daño, la angustia y el dolor que paso en la línea original... así cómo ella no iba a morir por ningún embarazo, no lo iba a permitir si podía evitarlo.

Así sea tener que gastar un deseo. 

—Todo estará bien, madre. Te lo aseguro— Dije con confianza.

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Unos días después.

—El es magnifico, padre— Dije con admiración, mientras acariciaba al caballo de pelaje negro que estaba parado frente a mi.

—Por supuesto que si, lo he elegido especialmente para ti— Dijo Aerys con orgullo en su voz. —En la Guerra de los Reyes Nuevepeniques, cabalgue en un caballo parecido a este. Y mi hijo cabalgará a sus aventuras con uno igual—

—Estoy muy agradecido con este regalo, padre— Exclamé, y le di una respetuosa reverencia, aunque no muy inclinada.

—Bah, tontearías. Eres mi hijo, le daré lo mejor a mi hijo— Dijo Aerys con evidente orgullo y soberbia en su voz.

Una parte de mi, todavía no podía creer que el famoso 'Rey Loco' había puestos sus ojos en mi y parecía que me había convertido en su hijo predilecto. Aunque teniendo en cuenta, que no estaba loco y solo era paranoico pero entendible por algunas cuestiones... podía responder mucho a todo el afecto que me estaba mostrando, aunque indiferente con mis hermanos menores, a ellos no les faltaba nada y había escucho que siempre pedía informes sobre ellos... lo cual fue bueno en mis libros, al menos algo de interés tenía.

A pesar del mes que había pasado, no había podido conseguir un caballo que podría llamar mío en los establos de la Fortaleza Roja, incluso pensaba que debía tomar uno de los tantos que había, por más que no me gustará. Pero ahora podía decir que este era perfecto, y podía llamarlo mío propio, realmente era un regalo bien recibido y del cual estaba agradecido.

Los sirvientes se apresuraron a ponerle mis cosas más importantes a mi caballo, la ropa, la carpa y todo lo necesario para dormir en los caminos estaban en otros caballos llevados por los soldados que nos iban a acompañar.

Mientras yo me acercaba a mi madre y hermanos.

—¿Tienes tus monedas aseguradas?— Preguntó Rhaella con seriedad, y cómo toda madre había estado presente en todo lo que iba a llevar a mi viaje y podía decir que la enorgullecí pero aun así, ella puso una que otra cosa en el equipaje.

Sobre todo ropa para estar presentable en la casa de nuestros vasallos.

—Sí, madre. Aseguradas entre mi ropa— Respondí, y mostré la bolsa de monedas de oro que tenía en mi cintura pero era oculta por mi chaqueta.

—Muy bien— Asintió Rhaella a gusto con mi decisión. —Y si te quedas sin monedas, envía un mensajero o un cuervo para mandarte más fondos en tu aventura—

—Lo haré, madre. Pero prometo administrar bien mis monedas para no malgastarlas— Respondí con suavidad, lo último que quería era parecer un derrochador.

De hecho, tenía planes de utilizar la mayoría de estás monedas en apuestas y otras cosas que me harían aumentar mis ingresos para tener una base monetaria propia, y a su vez, esto ayudaría a mis propios proyectos, tenía en mente comenzar instalando cosas pequeñas en la vida de Westeros para traer un cambio, tanto cultural como tecnológico, aunque esto sería con el pasar de los años, las ideas estaban allí y los deseos simplemente me ayudarían a avanzar en ello cuando sea el momento indicado.

—¿De verdad tienes que irte?— Dijo Shaena con un puchero lastimero, y sus ojos llenos de tristeza.

La atraje a un abrazo cariñoso, realmente si había tristeza y dolor en este viaje era tener que dejar atrás a mi familia, sobre todo a Rhaella y Shaena que habían ocupado un lugar importante en mi corazón. El único consuelo que me venía a la mente en estos momentos, era que todo este viaje y la riqueza que quería construir era para asegurarme del bienestar de ellas pero sobre todo la supervivencia de las posibles estupideces que harían Aerys y Rhaegar en el futuro.

—No será por mucho tiempo, hermanita— Le dije con suavidad, y me separé para mirarla con cariño. —Te enviaré cartas, ¿de acuerdo?. Y cuando vuelva tendré muchas historias para contarte—

—¿Y regalos?— Preguntó Shaena con algo de timidez.

—Y te traeré muchos regalos—

Las despedidas con Jaehaerys fueron casi exactamente igual que con Shaena, también quería cartas y regalos, por lo cual le prometí que le enviaría cartas y le traería regalos. Gaemon, a pesar de ser pequeño, realmente se había unido a mi y casi siempre quería pasar tiempo conmigo y queriendo que lo lleve a pasear por la Fortaleza Roja, así que mientras hablaba con mi familia, me asegure de sostenerlo el tiempo suficiente. 

Mi madre había mantenido a Aemon con su niñera dentro de la Fortaleza Roja, siendo aun un bebe no quería que se enfermase ni nada. Me había asegurado de visitarlo constantemente, no lo vería por un tiempo y quizá ya tenga uno o dos años cuando regrese, y ni siquiera me recordaría pero me aseguraría de estar presente en el futuro.

También me había tomado un momento para hablar tanto con Tywin Lannister y Lucerys Velaryon, aunque mi plan de viaje no estaba en visitar Driftmark, podía hacerlo en un futuro y la Casa Velaryon era, sino, la casa más antigua aliada de los Targaryen, ayudarlos me ayudaría en el futuro y por eso hablé con la posibilidad de ir allí en el futuro cercano. Tywin sabía que iría a Casterly Rock en mi viaje a la Ciudadela, sabía que se estaban preparando para mi llegada a su debido tiempo y lady Joanna ya había sido informada al respecto. Lo cual era bueno, pero a pesar de que la mujer me agradaba, no quería confiar en ella cómo no podía confiar verdaderamente en Tywin.

No podía confiar en el hombre que hecho para atrás muchas de las leyes de Aegon V, y viniendo de un mundo civilizado... y sobre todo, moderno. Esas leyes eran de mucha ayuda y quitaban impuestos injustos contra la plebe, no podía confiar en un hombre que miraba a todos cómo inferiores... incluso a nosotros, la familia real.

Finalmente luego de hablar con los hombres del pequeño consejo, me acerque a mi madre y rompiendo cualquier protocolo real que pudiera haberme enseñado la educación de etiqueta ponienti, una vez que tuve las manos libres. Me acerque a mi madre y le di un suave abrazo, aunque sorprendida, al instante me lo devolvió. Pudo escuchar algunos pequeños jadeos de sorpresa pero no le di importancia, la razón de este abrazo era bastante simple, era para mostrarle mi amor y respeto a esta mujer que, a pesar de que tendría a mis hermanos, le dolía mi partida y para reconfortarla preferí darle un abrazo.

A veces, lo único que necesita una persona es un abrazo para asegurarle que todo estaría bien.

—Cuídate mucho, hijo mío— Fue dicha como una débil suplica, llena de preocupación.

—Volveré a ti, madre. Fuerte y Sano. Lo prometo—

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Rhaella Targaryen

Observe en silencio mientras el grupo de diez hombres experimentados, un guardia real y mi hijo, un príncipe se marchaban en su caballo. Él miró hacía atrás con esa sonrisa juvenil y vigorosa mientras se despedía con la mano, es un dolor en mi corazón verlo partir pero una parte de mi, la madre, no puede estar más orgullosa de la gran voluntad que demostraba y la resolución del por que quería realizar este viaje.

Protección.

Era consciente de que la Casa Targaryen ha estado en decadencia desde la Danza de los Dragones, los reinados de Baelor y Aegon IV habían causado estragos que nos perseguían hasta estos días. El abuelo Aegon V podía haber cambiado las cosas, solo si mis padres y mis tíos hubieran tomado sus responsabilidades para con nuestra casa, tal y como lo había hecho la tía Rhaelle, las cosas serían muy diferentes tanto para nuestra casa cómo para el reino.

Mi pequeño Ron, siempre había sido decidido en sus acciones desde que aprendió a caminar y hablar. Se metió en la lectura tan pronto creció, aprendió los idiomas con una rapidez inimaginable, según palabras de la momia de Pycelle. Y sobre todo, demostró una competencia con la espada cómo ningún otro niño que yo recordará.

Es especial dijeron.

Un posible prodigio de su generación dijeron.

Pero nada de eso me importaba.

Era mi pequeño, mi hijo, mi sangre.

Y los Dioses y mis demás hijos me perdonen, mi preferido, mi amuleto, mi protector.

Desde que se dispuso aprender bajo la atenta mirada de Ser Willem Darry, y posteriormente, bajo Ser Barristan Selmy. Me seguía a todas partes con esa espada de madera suya, cómo un guardia silencioso... él no quería ser un Guardia Real, eso estaba claro para mi.

Solo era protector, y lo fue mucho más cuando con el paso del tiempo, mi pequeña Shaena crecía. Siempre parecía consciente de las cosas, y no sabía quien revelo mi historia con su padre pero estaba segura que no quería ese destino para su hermana menor, y los dioses saben que Aerys podía obligar a mi pequeña a casarse con su hermano tal y cómo lo habían hecho nuestros padres.

Verlo partir para volver fuerte para protegernos tanto a mi cómo a mi pequeña, era la más clara demostración de amor familiar que había visto en mucho tiempo en nuestra casa.

Sus motivaciones.

Sus aspiraciones.

Sus ambiciones.

Para mi, eso no era importante.

Lo realmente importante era su objetivo claro de protegernos, y eso... eso era lo que más orgullo y felicidad llenaba mi corazón.

Hubo varias generaciones Targaryen donde un miembro resaltaba sobre los demás, y era claro cómo el agua que mi pequeño Daeron era el destacado... el guerrero y el protector.

Y que mis Dioses lo protejan en su camino.

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Daeron V

Al voltear la mirada podía ver a King's Landing alejándose detrás de mi, aun visible debido a su tamaño pero eso no pudo evitar traer un poco de nostalgia a mi corazón. Estaba dejando atrás a las personas más importantes para mi en este mundo, cómo lo eran mi madre, hermana y hermanos menores... a pesar de tener la gracia de Aerys, no podía decir que estaba realmente apegado a él o haya formado un vinculo sinceró, ya que esperaba su eventual locura y sinceramente... era mejor no pensar en Rhaegar.

King's Landing es realmente un nido de víboras, mentiras y complots es la verdadera comida de cada día mientras los nobles y cortesanos buscan de forma desesperada y absurda obtener más poder, dándoles una falsa sensación de privilegio sobre aquellos que no nacieron con su llama 'sangre noble'.

A pesar de eso, King's Landing no se parecía nada a lo que haya leído en el pasado. Había olor, pero esto era esperable sinceramente de una ciudad medieval, pero no había tanto olor cómo lo habría en el futuro en las descripciones de muchas personas. 

Aun así, alejarse de ella para poder oler el aire puro y fresco era una sensación increíble.

Mientras avanzábamos por el camino real, no pude evitar sentir algo decepcionado por el estado en el que encontraba. Para empezar se suponía que el camino era un orgullo para la Casa Targaryen y uno de los mayores logros de Jaehaerys I, pero sencillamente el camino era... simple. Ciertamente tenía una calidad aceptable pero realmente no era nada más que un camino sin árboles y rocas cerca, no era nada comparado a los caminos por los que Roma era tan famoso o este mundo, los que el Feudo Franco de Valyria había creado.

Diablos, había leído que las ciudades libres tenían caminos hechos desde la época del Imperio Valyrio y los mantenían en condiciones respetables. Era realmente una mierda la destreza tecnológica de Poniente o la falta de importancia que le daban los señores a lo importante, literalmente podrían mover ejércitos mas rápidos pero a estos simplemente no les importaban... era cómo los Maestre, realmente no querían una mejora, un avance para el reino.

Felices de vivir en su ignorancia.

A diferencia de la línea original, donde Aerys tenía un sequito de idiotas aduladores y aquellos que le ponían trabas para realizar algunos de sus proyectos, los cuales realmente no eran tan descabellados cómo los hacían ver las personas como Tywin Lannister.

—Parece pensativo, mi príncipe— Dijo Ser Barristan a mi lado.

—Al ver el Camino Real... Orgullo de mi Casa y una parte del legado del Conciliador. No puedo evitar sentirme decepcionado, Ser— Comenté con tranquilidad pero la clara decepción era evidente en mi voz. —Hay suficientes monedas en el tesoro real, y seguramente en las casas pertenecientes a la tierra por donde pasa el camino para mantenerlo en condiciones aptas... pero así se encuentra—

—Sería un gran costo, mi príncipe— Respondió Selmy con seriedad.

—¿Costo?— Cuestioné con una ceja levantada. —No creo que sea el costo, Ser. Sino que ha nadie parece importarle en realidad—

—Entonces, ¿Por que cree que el camino real debería ser mantenido, mi príncipe?—

—¿No es obvio?— Pregunté, y no pude evitar suspirar ante su mirada interrogante. —Además que ayudaría al comercio dentro del reino, permitiría la movilización de los ejércitos. Por lo que tengo entendido, el camino real en el norte... no es más que un sendero con nada alrededor, solo por las ruedas de los carros puedes saber que está ahí. Un camino mejor mejoraría tanto la economía, cómo la posibilidad de mover ejércitos cuando son llamados por el Rey—

El Camino Real estaba en constante deterioro, y era muy diferente al Camino Dorado, por los rumores que rondaban de los comerciantes alrededor de King's Landing y que pude llegar a conocer en mi tiempo deambulando por sus calles, este se encontraba en condiciones decentes y lograba que tanto el comercio como mover hombres fuera más fácil, no tanto cómo sabía que podía lograr pero era bastante competente.

Las Tierras del Oeste eran ricas, claro esta. Pero la Casa Targaryen se había reinventado un poco bajo el mando de Aerys en sus primeros años, volviendo a ser fuerte, prospera y poderosa... y ciertamente el Tesoro Real era bastante grande y también estaba la riqueza almacenada en Dragonstone.

Había riqueza suficiente, y a largo plazo las ganancias serían mayores, incluso podía ser mucho mayor si la corona tuviera una flota comercial propia, además de la flota real.

A lo largo de la historia de los Siete Reinos hubieron buenos reyes y otros malos u idiotas. El Conciliador tuvo aciertos pero sus mayores fracasos fueron el Gran Consejo y la forma en que trato a sus hijas cuando podía haber solidificado alianzas con todo el reino pero no lo hizo. Aegon V intento darle más libertad a la plebe y los nobles no se lo permitieron, orgullosos de su poder y prestigio.

Pero ninguno de estos reyes busco mejorar el reino fuera de las leyes u alianzas que durarían solo en la historia del rey de turno... y un poco más. No hubieron más ciudades, no hubieron nuevos castillos, no hubieron mejores en ejércitos y sobre todo, no hubo avances. 

Aunque estos se podía corregir diciendo que era culpa tanto de la fe, por su constante busca de que la gente sea ignorante y esto seguramente era respaldado por la Orden de Maestres, cuyo conocimiento no avanzaba en... cientos de años.

—Habla cómo si una guerra se este formando, mi príncipe—

—La paz dura hasta que la ambición y el orgullo del hombre florece— Contesté con seriedad. —Usted debería saberlo, lucho en una guerra por una rama ya condenada— Podía ver como se tensaba ante el recordatorio de la Última Rebelión Blackfyre. —La paz es efímera, y volteará en cualquier momento, Ser. Y me asegurare de proteger a mi familia y para eso, necesito que el reino este preparado para la eventualidad. Por esa razón en este viaje el cambio comienza... aquí comienza—

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SUY NGHĨ CỦA NGƯỜI SÁNG TẠO
OrekiHoutarou1 OrekiHoutarou1

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