Una vez que Loren y Elena habían salido corriendo para descubrir qué estaba pasando con las campanas sonando, la figura encapuchada desconocida para ellos había estado observando y esperando.
En medio del caos de todos corriendo, esperó hasta que todos se hubieran ido.
Y cuando la figura encapuchada estaba segura de que no había nadie presente, se coló en los cuartos de Loren.
La figura encapuchada cerró la puerta muy tranquilamente y examinó la habitación.
Justo en la gran mesa de elaboración de pociones y medicina estaba el cuerpo de una mujer muerta.
La figura encapuchada no había sido la que envió al asesino del desierto y no podía permitirse ser atrapada.
Los asesinos del desierto eran raros, pero si esta hubiera hecho el trabajo que se le había asignado, entonces nada de esto habría sucedido.
La figura encapuchada examinó el cuerpo abierto y vio que habían examinado casi literalmente todo y pronto descubrirían dónde había sido enviado el asesino.