Los ojos de tigre de Dai Zhenghao repentinamente estallaron con furia desenfrenada.
Alguien que lo había dejado lisiado se atrevió a hablarle de esa manera, ignorando por completo la presencia de Dai Zhenghao.
—¡En este pequeño territorio de la Ciudad Jiang, ha pasado mucho tiempo desde que alguien se ha atrevido a hablarme así. Tú... ¿me estás amenazando?!
Asesinato centelleaba a través de los ojos de Dai Zhenghao, una señal clara de que tenía la intención de matar.
Chen Xuan permaneció completamente indiferente, su respuesta desenfadada, —¡Podrías decir eso!
Esas tres simples palabras, como rayos, estallaron en los oídos de todos.
Guo Gongcheng fue el primero en desasociarse, —Hermano Hao, no tengo nada que ver con este chico, ¡ni siquiera lo conozco!
Sun Jun también rugió a Chen Xuan con ira, —¡Chen Xuan, has perdido la cabeza, atreviéndote a hablarle así al Hermano Hao, mejor pídele disculpas al Hermano Hao ahora mismo!