—Oooh… Marcos, Marcos, Marquitos, que patético te ves en ese estado…
¿No puedo morir en paz…? ¿Tengo que escuchar su irritante voz una vez más…?
—Sip, no te libraras de mi tan fácilmente —me contesta… pero no en mi cabeza, sino al oído.
Abro los ojos con dificultad, todo esta oscuro y borroso, pero puedo ver su silueta de cuclillas a mi lado, no en ese espacio extraño de siempre… sino en el mismo polideportivo.
—Puaj… pise tu sangre, eso dejara una mancha en mis zapatos… —dice asqueado mientras da un paso hacia atrás… ¿Estoy alucinando?—, no, no alucinas, pero bueeeeeno, pobrecito de ti, morir tan solo un par de días después de Nicolás, él parecía tenerte bastante fe.
Es cierto… le hice una promesa...
—Pero no te me achicopales Marcos, miremos el lado positivo, gracias a que yo no te tuve fe gane una apuesta con el beodo de Dionisio —añade riéndose.
Intento hablar pero me es imposible, lo único que logro es toser sangre.
—No seas tontito, no necesitas hablar, puedo leer tu mente, aunque no necesito hacerlo para saber que anhelas que yo, el bondadoso Adler te brinde mi favor divino para salvarte una vez más.
Su maldito descaro es increíble…
—Tomare eso como un halago, además, en el fondo sabes que es cierto, eres un humano común y corriente, por mucho que te quieres convencer y hacerte el fuerte… estas sumido en el pánico y en el terror al estar frente a las puertas de la muerte.
…
—Te lo dije, no necesito leer tu mente, asi que veamos… Yo, Adler, te ofrezco mi favor divino, elige: ¿Deseas que cure tus heridas por completo y te brinde una segunda oportunidad? —pregunta mientras extiende su mano derecha hacia mí— ¿O deseas que te dé un final piadoso y sin dolor? —continua mientras extiende su mano izquierda de la misma manera.
Yo…
—Piénsalo bien, es un mundo duro y sufrirás si decides seguir intentándolo… —me advierte con una inusual tono serio y honesto—, peeeeero por otro lado, si te rindes, estarías fallándole a Nicolás, a su último deseo antes de dar la vida por ti.
Yo se lo prometí… su familia… no debo morir aquí… tengo que alcanzar su mano… necesito una segunda oportunidad… yo debo…
—Vamos, ¿Qué esperas? Tú puedes —me anima con una sonrisa pícara mientras intento levantar el brazo pese al dolor.
Púdrete… bastardo…
—¿Cómo osas dirigirte a mí de esa manera tan vulgar? ¿¿A mí?? Quien bondadosamente te está ofreciendo un favor divino que…
—Como si… conocieras… la bondad… hijo de… —balbuceo mientras intento no ahogarme con mi propia sangre.
Llegados a este punto lo conozco lo suficiente para saber que todos y cada uno de sus estúpidos "favores" no han sido más que maneras de burlarse de mí.
Adler estalla en carcajadas mientras flota hacia atrás para luego acercarse hasta estar justo frente a mí.
—Oh por Gaia, aunque puedo leer tu mente no lo vi venir, parecías bastante convencido, buena esa Marcos —me felicita entre risas—. Que lastima no haber logrado hacerte caer en la desesperanza por mi cuenta, casi te tenia, pero supongo que queme el chiste demasiadas veces.
Solo déjame… morir en paz…
—Lo siento, pero no tendrás paz, la muerte es dolorosa, asfixiante, terrorífica y… ¿Quieres saber algo un poco tétrico? —me pregunta pese a que de todos modos no se callara—. Sí que me conoces, aparte no tienes mejores cosas que hacer, más que morirte.
Imbécil…
—Veras Marcos… —su voz cambio a un tono más profundo—, ninguna deidad realmente sabe por qué Gaia hizo todo esto, ese cambio de actitud tan radical sigue siendo un enigma para ellos… pero yo sé que el que no se hayan extinguido por completo no fue un error, la oposición de algunas divinidades no los "salvo", sino que a algunos se les permitió sobrevivir y adquirir habilidades sobrehumanas… pero a forma de castigo. Hacerlos más fuertes y resistentes para poder causarles un sufrimiento mayor, después de todo, aunque en este momento yo pueda distorsionar levemente tu percepción del tiempo, sigues vivo aun con el corazón literalmente roto… y apuesto a que el dolor es excruciante ¿Cierto?
Lo realmente tétrico es la sonrisa macabra que se esboza en su cara al verme sufrir…
Maldito enfermo…
—Y no es gripe —exclama riéndose de su mal chiste—, oye, ese no fue malo… supongo que nunca pudiste desarrollar un sentido del humor tan sofisticado como el mío… pero ya no hay nada por hacer, pasemos a la despedida, ya me aburrí de estar aquí, pero no te preocupes, no te hare spoiler sobre qué hay del otro lado… adiosito Marcos.
Al fin su voz y su presencia empiezan a desvanecerse frente a mis ojos… o eso creo…
Todo se nubla aún más, incluso el dolor…
Morir se siente extraño…
Es claustrofóbico…
La sensación de vacío me aterra… pero… ya no puedo hacer nada…
Eres capaz de eso y más… solo tienes que confiar…
Escucho su voz de manera tan clara como la última vez que hable con él. Resuena en mis oídos como si lo tuviera a mi lado.
¿Nicolás…?
Lo siento… rompí nuestra promesa… ni siquiera logre salir de este lugar… sus últimas palabras no llegaran a su familia…
Me aferre a las primeras personas que encontré por desesperación… por el miedo a la soledad… por culpa mía su sacrificio habrá sido en…
No…
No es mi culpa… es de ese maldito psicópata…
—No puedo… morir aquí…
Una rabia inconmensurable comienza a arder en mi interior, intento respirar soportando el dolor con tal de obtener la suficiente fuerza para extender mi brazo unos pocos centímetros.
—No voy… a morir aquí… —gruño a la vez que mi mano se cierra sobre el núcleo en mi bolsillo.
Le di mi palabra… debo cumplirla…
Y Rubén… no se saldrá con la suya…
Pagara…
La cantidad de sangre que he perdido me arrastra lentamente hacia la muerte pero una promesa inquebrantable junto a una sed implacable de venganza me da la fuerza suficiente para mantenerme vivo desafiando cualquier ley natural.
Mientras sea solo musculo… una prótesis es posible…
Conozco de memoria cada vena, arteria y válvula… solo tengo que confiar… en mi…
Al ponerlo en mi pecho, el cristal empieza a brillar respondiendo a mi concentración.
Cauterizo la hemorragia con cristalización por lo que cada segundo está lleno de un dolor insufrible que puedo sentir en cada nervio, una completa tortura que deja a mi conciencia pendiendo de un hilo… solo sostenida con fuerza de voluntad.
Se que si me detengo un solo momento no seré capaz de continuar.
"Turmp…
… Turmp"
Un par de latidos débiles retumban en mi pecho, se sienten como golpes que disipan la gélida sensación de muerte…
"Thump…
…Thump"
Los latidos se repiten. Ahora con más fuerza… tanta que envían una punzada de dolor por todo mi cuerpo como si hubiera corrido una mataron y estuviera a punto de tener un infarto.
"THUMP… THUMP"
El dolor es agudo… pero de alguna manera es un dolor que me hace sentir calidez…
"THUMP… THUMP"
Doy una bocanada profunda de aire, siento como si mi pecho se desgarrara, pero a la vez es un alivio que la sensación de asfixia desaparezca.
"THUMP… THUMP"
Una prótesis funcional… un corazón completamente hecho de piedra… algo que solo se podría catalogar en la medicina como un milagro… o una aberración…
Conforme el entumecimiento desaparece intento abrir los ojos. Todo se ve borroso y la falta de luz no ayuda, a donde quiera que voltee solo veo oscuridad y sombras.
Tengo que salir de aquí… rápido…
Me esfuerzo en sentarme hacia adelante pero el dolor en mi pecho me doblega al instante. Me giro a un costado para recargarme en mi brazo, al instante siento una húmeda y viscosa sensación en mi piel…
¿Todo esto es… mi sangre…?
Mis músculos apenas y me responden, me cuesta horrores el solo moverme unos cuantos centímetros. Cuando logro poner mis rodillas y manos en el suelo escucho algo gotear…
Toco mi pecho con miedo de ya saber el origen.
Al no poder ver, tengo que limitarme al tacto. Reconozco la grotesca sensación de la piedra incrustada y fusionada con mi piel. Siento lo viscoso de la sangre… pero también la hemorragia que aún no se detiene.
Tengo que detener el sangrado, no sé ni como sigo consciente dado el charco carmesí sobre el que estoy, no obstante, ya no hay cristal, debí haberlo consumido por completo…
No logro tener ni un momento para pensar en ello cuando algo toca mi hombro… algo duro… y rasposo…
Levanto mi mirada, justo en dirección de la puerta por la cual ahora entra suficiente luz de la luna para que las sombras tomen un poco de forma.
Llenaron el lugar por completo dejándome rodeado… pero… no hacen nada. Están en todas direcciones pero a ninguno parece importarle mi presencia.
¿Estoy tan cerca de la muerte que ni siquiera se percatan de mí?
No puedo darme el lujo de cuestionarme que está pasando, debo aprovecharlo para salir de aquí cuanto antes.
Aprieto la hemorragia en mi pecho y me pongo de pie de la manera más sigilosa posible… no quiero romper ese trance en el que parecen estar…
En lo que debe ser una escena surreal vista desde afuera, camino entre cristalizados como si fuera invisible. Siento pánico y miedo, pero mi cuerpo no reacciona a ello, o más bien, mi corazón no responde a como me siento, se mantiene latiendo débilmente mientras no pierda la concentración.
En cualquier caso, la pérdida de sangre me matara antes que cualquier cristalizado. Necesito tratar la herida… necesito ir a ese lugar… el edificio donde Adler señalo que había medicinas y cosas de primeros auxilios.
Está cerca…
…solo necesito aguantar un poco.
Podre vivir…
… solo necesito llegar hasta allá.
Podre cumplir mi promesa…
…solo necesito luchar.
Podre tener mi venganza.
Pero…
¿Y si Adler mentía?
¿Y si no hay nada…?
¿Y si hay alguien…?
¿Y si…?
Basta… no puedo perder la concentración, solo debo enfocarme en… mantenerme vivo…
Tras una distancia que se siente eterna unas escaleras son todo lo que me separan de mi objetivo, pero con cada escalón que subo mis fuerzas disminuyen, el dolor aumenta y mi corazón se sobre esfuerza más…
"THUMP… tukr"
Pierdo el aliento al sentir algo romperse dentro de mi… literalmente. Mis piernas dejan de responder asi como mis brazos, haciendo que lo que detenga mi inminente caída, sea mi cara.
Sabía que había algo irregular en mis latidos… pero pensé que tendría más tiempo…
"THUMP… tukr"
Mi corazón sigue latiendo causándome un dolor indescriptible en el proceso… pero aun puedo aferrarme a la vida…
No puedo rendirme ahora… estando tan cerca…
Me pongo de pie una vez más, subiendo más lento que antes y sosteniéndome con fuerza del pasamanos.
Alcanzo el tercer piso, en este me encuentro con una puerta y una cerradura bastante gruesa la cual desentona bastante con la ubicación y el tamaño del departamento. Me recargo contra la puerta, cansado y adolorido, todo se decide en este momento.
—¿Hola…? —pregunto con debilidad mientras toco a la puerta.
No obtengo ninguna respuesta del otro lado, ni siquiera el más mínimo ruido o indicio de que alguien este ahí.
—Voy a… —me interrumpe un intenso dolor en el pecho que casi me hace perder el equilibrio—. Voy a entrar… no… no… no hare daño…
Mi última oración se convierte más en un balbuceo que otra cosa… la pérdida de sangre ya está cobrando factura…
Pongo mi mano a la altura de las bisagras y con mucha dificultad para concentrarme en ello empiezo a romperlas, que, a diferencia de la cerradura, son débiles y no oponen mucha resistencia.
El interior está completamente a oscuras… no… más bien son mis ojos los que me están empezando a fallar. Doy pasos entre sombras y siluetas que no logro distinguir del todo, es el recuerdo de aquella visión lo que me guía.
Choco contra una estantería metálica tan ligera que casi tiro, busco entre los estantes cualquier cosa, pero solo hay libros y estatuillas, nada que parezcan vendas o lo que sea…
—No ahora… —el mismo dolor que antes me hace perder toda la fuerza, intento sostenerme del mueble pero solo logro que se desplome junto conmigo.
Llegue al límite…
Ya no siento las piernas y mis brazos están entumiéndose cada vez más…
Ni siquiera puedo intentar arrastrarme…
Me aferro a mantenerme consciente, en el momento en que me desmaye será el fin.
Tengo que encontrar una manera… algo que me sirva…
Intento buscar lo que sea… pero…
Todo se sume en una oscuridad absoluta…
No…
Soy yo el que ya no puedo ver nada…
Ni sentir nada…
Ni pensar…
Nada…