—Si no fuera por ti, ya habría tenido innumerables dulces sueños hasta ahora. Señorita, ¿puede dejar de interrumpir y dejarme dormir bien, de acuerdo? —frunció el ceño irritado, volteándose, y refunfuñó Basil Jaak a Jessica Flack.
—No te he estado molestando. Si no puedes dormir, no me culpes —rodó los ojos y replicó con petulancia Jessica Flack.
—Entonces será mejor que no me molestes más —Basil Jaak se giró, dándole la espalda a Jessica Flack.
Sin embargo, después de un rato, Basil Jaak volvió a girar la cabeza.
—Ves, esta vez no tiene nada que ver conmigo, ¿verdad? —Jessica Flack miró a Basil Jaak extendiendo las manos con una expresión de autosuficiencia.
—Aquí me resulta incómodo cubrirme con la manta, voy a inclinarme hacia ti un poco —dijo suavemente Basil Jaak.
—¿Crees que es apropiado? —replicó Jessica Flack.