El corazón de Bella se ensanchó al mirar a su abuelo, quien siempre la había apoyado y la había elegido por encima de sus propios hijos.
—Gracias, abuelo... —su voz temblaba ligeramente, esforzándose por no derramar lágrimas.
—Oh, mi querida Bella, no necesitas decir eso —la confortó Isaac.
Isaac siempre había sentido simpatía por su nieta Bella. Sus padres la habían maltratado, e Isaac siempre había intentado intervenir. A pesar de reprender al padre de Bella por su enfoque parcial al preferir a Henry sobre Bella, su hijo, Lucas Donovan, se mantenía obstinado y se negaba a escuchar.
Bella solo podía suspirar en silencio mientras ocultaba sus ojos llorosos.
—Está bien, ahora, no tienes que preocuparte por nada. Tu padre ya no te molestará. Le dije claramente a tu padre y a tu tío que no me importan sus acciones. Incluso si la compañía cierra por su estupidez, no me importa... —dijo Isaac con calma, pero su mirada ardiente no lograba ocultar su ira interna.