Narra Dante
El fin de semana había llegado a su fin, una nueva semana daba comienzo, al retomar las clases tuve que levantarme temprano, desayunar y prepararme para ir al instituto, no sin antes despedirme de Glorland que ya tenía que regresar a su ciudad después de su estadía aquí, aunque era obvio que me visitaría de nuevo en el futuro.
Al llegar al instituto todo estaba como siempre, se percibía un ambiente tranquilo y relajado, sorprendente siendo que se trataba de un instituto, pero pues no me quejo.
Como ya era costumbre entré a mi salón para sentarme junto a mis dos personas favoritas de este lugar, aunque claro, después del fin de semana tan ajetreado que tuve y tomando en cuenta que ambas formaron parte del mismo era de esperarse que las cosas fueran un poquito diferentes.
—Hola chicas—saludé mientras les sonreía a las dos chicas y tomaba mi asiento entre ambas.
—Hola Dante —saludó Taylor bastante alegre, se veía mucho mejor que ayer cuando hablamos.
—Hola Dante —saludó Anya mientras mostraba su linda sonrisa, se me hace raro decirlo pero me encanta verla sonreír.
—Esta es la parte en la que les pregunto cómo estuvo su fin de semana, pero creo que ya se cómo estuvo jaja.
—Jajaja tienes razón.
—Y vaya que si —dijo Anya mientras tomaba mi brazo derecho y me abrazaba— Ya Taylor me dijo que la pusiste al tanto de la situación.
—Si, ayer tuve la oportunidad de hablar con ella y pues aproveché para darle las buenas nuevas.
—Genial, creo que ya lo saben todos nuestros amigos ¿No?
—Si no me equivoco falta Rosé.
—Ella ya sabe —interrumpió Taylor.
—¿En serio?
—Sip, cuando me contaste ayer aproveché y le conté a ella también el chismecito, espero no les moleste —dijo mientras su cola parecía ponerse un poco tensa.
—No, para nada, de todas formas íbamos a hacerlo nosotros así que no hay problema.
—Si, simplemente te nos adelantaste jajaja
—Lo siento Anya, es que no sé, la verdad me alegro mucho por ustedes, desde el primer día pude notar cierta conexión entre ustedes dos.
—Gracias Taylor, la verdad es que yo no me lo esperaba, digo, apenas nos conocemos desde hace una semana, y aunque todo ha sido muy repentino me alegro de que haya pasado —comentó Anya al mismo tiempo que tomaba mi mano y entrelazaba sus dedos con los míos.
—Lo mismo digo, me siento afortunado de haberlas conocido, son lo mejor sin duda que me ha pasado en mucho tiempo.
—Awww ¿Tanto así?
—Si, no exagero.
—Por favor, es demasiado temprano para ponernos cursis.
—Ay, no arruines el momento Tay.
—Perdón, es que tengo un horario para ponerme cursi, ahorita mi cerebro todavía no se activa por completo.
—¿Se activa alguna vez?
—Jódete Dante —bufó al mismo tiempo que me daba un suave golpe en el brazo.
—Jajaja no te esponjes, que era broma.
—También es temprano para tus bromitas.
—¿Qué vas a hacer si no paro? ¿Demandarme?
—Si, no es mala idea fíjate.
—Bueno, pues ve hablando con mi abogado.
—¿Cuál abogado?
—EL QUE TENGO ACÁ COLGADO JAJAJA
—Jajaja
—Desgraciado —empezó a darme una ráfaga de golpes que más que dolor me daban risa.
—Jajaja ya ya, perdón, ya paro pues.
—Jum, más te vale.
...
Después de una mañana tranquila nos encontrábamos en la hora de almuerzo, ya habíamos terminado de comer así que nos pusimos a jugar UNO para pasar el rato.
—Fue buena idea traerme estas cartas de casa para jugar —dijo Taylor.
—La verdad que sí, se pasa mucho mejor el tiempo jugando.
—Eso dicen ahora, esperen que alguien saque un +4 o algún comodín y verán como ya no será tan divertido.
—No empieces, si pasa que pase, hasta entonces disfrutemos del juego.
—Bueno, yo solo les advierto, ahora que estoy a tiempo y no se han arrancado la cabeza la una a la otra.
—Por favor, no seas exagerado, no somos unas bestias salvajes.
—¿Lo dices en serio?
—¿Qué? Si, técnicamente si lo somos pero entiendes mi punto.
—Ya, les daré el beneficio de la duda.
—Excelente, es tu turno de hecho, tira tu carta.
—¿Qué color?
—Rojo pues —dijo Taylor de forma sarcástica.
—Chale, tomaré del mazo —tomé la primera carta que había en el mazo y fue justo esa bendita carta.
—¿Y bien? —preguntó Anya— ¿Si es de color rojo, Dante?
—Pues... —puse la carta sobre las demás y sellé el destino de Taylor— Creo que te comerás un +4 Tay.
—Vamos, ya solo tenía 2 cartas —gruñía al mismo tiempo que tomaba las 4 cartas del mazo— ¿Qué color, humano?
—Verde.
—El de verde me la muerde.
—¡Oye!
—Jajaja —puso una carta del color que había escogido— Vas Anya, apúrate antes de que Dante el +4 locos ataque de nuevo.
—Deja de llorar, fue solo un +4.
—Fi sili in mis cuitri.
—Que bebé eres, sabía que te pondrías así.
—¿Y? Yo me pongo como quiera.
—Ya, está bien, solo no seas tan escandalosa sea como sea que te pongas.
—No prometo nada. Adelante Anya, hoy sí, pon tu carta.
—Claro —puso su última carta sobre las demás— Listo, gané.
—¿Qué? ¿Cómo que ganaste? —preguntó Taylor bastante desconcertada.
—Pues que gané, justo tenía una carta de color verde, así que gané.
—¡Pero no gritaste UNO!
—No hizo falta, ustedes dos estaban tan distraídos discutiendo que ni cuenta se dieron que solo me quedaba una carta.
—Bien jugado, Anya, nos ganaste.
—Así es, nos bailaste bien sabroso, a mí y al tramposo de Dante.
—¿Desde cuándo usar un +4 en el UNO es hacer trampa?
—¡Se supone que éramos amigos! Jugaste con mis sentimientos, en mis libros eso es hacer trampa.
—¡Es un juego mujer! Se juega para ganar, tu habrías hecho lo mismo si la situación hubiera sido al revés.
—Eso es...cierto...pero no quita el hecho que me siento traicionada, ultrajada, timada, embaucada, embarajiñada...
—Esa palabra ni siquiera existe.
—Igual, me siento estafada —dijo Taylor mientras ponía su mano sobre su frente haciendo una pose dramática y bajaba sus orejas para dar una imagen triste totalmente fingida— Anya, ten cuidado con tu novio humano, los humanos son crueles.
—No es mi novio...no aún.
—Jeje es verdad —dije mientras tomé la mano de Anya— Ahora que mencionas eso deberíamos hablarlo ¿No crees?
—Tienes razón, recapitulemos lo que tenemos hasta ahora... —dijo para poner su brazo en la mesa para apoyar su cabeza adoptando una pose pensativa— Glorland, Devin, Taylor, Rosé y tu mamá ya saben que nos gustamos ¿Alguien más?
—¿Tus padres ya saben?
—No...
—¿No les contaste?
—Es complicado...no soy muy cercana a mis padres, y los conozco bien, ni siquiera me dejarían contar la historia entera porque se quedarían en la parte en la que un humano me besó y querrían salir de casa al instante para ir a la tuya y matarte con sus manos.
—Bromeas ¿Verdad?
—¿Tengo cara de estar bromeando? —dijo Anya con un semblante bastante serio en su rostro.
—Pues no...aunque aun estando seria me pareces hermosa.
—¡E-Este no es momento para que me digas esas! —quejó mientras se sonrojaba levemente.
—Bien, tus padres serán un hueso duro básicamente pero tenemos que decirles, si quiero tener algo serio y formal contigo quiero hacer las cosas bien, es lo que te mereces.
—¡T-Te dije que esas cosas no, menos cuando estamos acompañados!
—Descuida, a mí me gusta el romance —comentó Taylor mientras daba un sorbo a su gaseosa.
—Hablo en serio, no quisiera tener una relación a escondidas porque eso suele acabar mal, así que debemos pensar en una forma de decirles sin que quieran asesinarme.
—Si, nuestra prioridad es decirles y que salgas vivo de esa.
—Si, ya quedó claro, no hace falta que lo repitas, me da ansiedad.
—Ok ok, déjame pensar —Anya volvió a adoptar su pose pensativa— Ellos son muy tradicionales y estrictos.
—Chapados a la antigua, básicamente.
—Correcto, por lo que imagino que verán bien el hecho que quieras ser honesto y franco con ellos en lugar de tomar la salida fácil de andar a escondidas.
—Claro, ellos entenderán el propósito de eso.
—O pensarán que eres un masoquista o un suicida.
—No exageres.
—Vale vale, siendo optimistas nuestra única opción de que ellos no te arrancan el pellejo por querer salir con su pequeña es que tu madre nos apoye.
—No es mala idea, al ver que ella sabe entenderán que voy en serio, no solamente buscando algo pasajero o algo para un momento contigo, sino que si busco algo pues es algo duradero.
—Correcto, encima si ella logró que me dejaran salir después de haberme castigado dudo que no pueda volverlos dóciles y evitar que te maten.
—Ok, le diremos a mi mamá que nos ayude con eso, ¿Qué crees que sea mejor para platicar con ellos?
—Definitivamente tener una comida con ellos, no hay de otra.
—Una comida, entiendo, ¿Debería invitarlos a algún restaurante? ¿El mismo al que fuimos? ¿Quizás otro tipo de comida? ¿Cuál tipo de comida les gusta? ¿Mexicana, tailandesa, china, japonesa, coreana, o quizás...
—Ya, no hiperventiles o harás que me ponga nerviosa yo también.
—Lo siento... —suspiré— Es solo que quiero que todo salga perfecto.
—Yo igual, quiero que le causes una buena impresión a mis padres.
—Entonces ¿Qué crees que les guste para comer?
—A ver...ellos son muy reservados, les gusta salir a comer a restaurantes pero no con mucha frecuencia, normalmente reservan eso para ocasiones especiales.
—¿Y conocer a su futuro yerno no es una ocasión especial?
—Ahorita mismo no, para ellos solo eres mi amigo.
—Rayos.
—Eso fue cruel, hasta para mí —intervino Taylor mientras escuchaba atentamente nuestra plática.
—No me estás ayudando, Tay.
—Ya ya, lo siento, mira, si los padres de Anya son como están diciendo lo mejor sería que los invitaras a tu casa a comer, la comida de tu mamá es infalible, los ganarás llegando a su estómago, conocer tu casa les dará un poco más de seguridad ya que sentirán que estás siendo abierto con ellos y que no temes que te conozcan a ti y a tu entorno, lo que harán que confíen en ti, conocerán tu círculo familiar y un poco más sobre ti, eso bastará para que te los metas en el bolsillo y los conquistes.
—Wow, eso es...una excelente idea de hecho.
—No olvides que más allá de esta cara bonita hay un cerebro brillante, Dante.
—Ya veo, bien dicen que hasta los relojes dañados dan bien la hora dos veces al día.
—Haces que me arrepienta de ayudarte.
—Jajaja tenía que decirlo, perdón.
La verdad que conocer formalmente a los padres de Anya y no solamente saludarlos era algo importante, aún más teniendo en cuenta que les contaría que ella y yo nos gustamos, lo que lo hace un gran paso que dar, por lo que tenía que pensar todo con sumo cuidado.
—Ok, entonces una comida en mi casa ¿Qué día podrían tus padres?
—Pasan ocupados 24/7 debido a sus trabajos.
—Oh...ya veo.
—Si...pero si tendría que decir un día quizás sería el domingo...es el día con más probabilidades de que tengan ligeramente despejada su agenda.
—Cool, entonces quedemos de vernos el domingo, pasaré toda la semana con la zozobra pero da igual, si tiene que ser el domingo que sea el domingo.
—Excelente, les diré a mis padres sobre la salida, y tú dile a tu mamá para poder convencerlos.
—Claro, ya tenemos un plan.
—Genial, espero salga todo a la perfección —dijo Anya mientras recostaba su cabeza sobre mi pecho y yo la abrazaba rodeando su cuerpo con mis brazos.
—Yo igual —dije para después darle un beso en la frente.