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—Buzzzzzz!
—Justo cuando Shangguan Wu Ling terminaba su frase, Lu Ming dio un paso hacia adelante y le propinó una bofetada.
—¡Pa!
—Un fuerte sonido de bofetada resonó. Shangguan Wu Ling soltó un grito desgarrador mientras su cuerpo era lanzado lejos. Cayó a decenas de metros de distancia. Su cabello estaba desaliñado y un lado de su rostro estaba hinchado. Miró a Lu Ming aturdida, completamente desconcertada.
—¿Lu Ming en realidad se había atrevido a golpearla? ¿Realmente se había atrevido a abofetearla? Ni en sus sueños lo esperaba.
—«¡No eres más que un Perro Loco, no quieres cara cuando te doy cara!» —dijo Lu Ming fríamente.
—¡Ah!
—En ese momento, Shangguan Wu Ling finalmente reaccionó y soltó un grito histérico. Sus ojos revelaron una maldad infinita mientras miraba fijamente a Lu Ming y gritó: «¡Pequeño bastardo, ¿te atreves a golpearme? ¡Te quiero muerto! ¡Quiero despellejarte vivo!».
—¡Pa!