Finalmente, fue el turno de Lu Ming y Ling Kong en la séptima ronda.
La atmósfera de todo el lugar se encendió.
En el área del Salón del Tigre Blanco.
—Ling Kong, no te contengas al enfrentarte a Lu Ming. ¡Sería mejor si puedes incapacitarlo! —Duanmu Yunyang habló fríamente.
—Duanmu Yunyang, ¿me estás dando órdenes? Te digo, yo, Ling Kong, no soy el perro de tu familia Duanmu. No me hables en ese tono. —Ling Kong sonrió con una sonrisa llena de arrogancia.
—Ling Kong, tú... ¿Qué quisiste decir con eso? Lu Ming es el enemigo del Salón del Tigre Blanco. —Otro joven de la familia Duanmu dijo con una expresión fea.
—Él es el enemigo de la familia Duanmu, no el mío. —Sin embargo, daré todo de mí. No es por los Duanmu, sino porque Lu Ming es un buen oponente!—Ling Kong frunció el ceño y continuó.
Con eso, su figura parpadeó en el aire y se apresuró hacia el ring de lucha.