—Debería haberte ayudado también a ti, ¿no es así?
De repente, Nux preguntó con una leve sonrisa en su rostro.
—… —De repente, Evane se quedó en silencio.
Nux la atrajo hacia él, sus pechos tocando su pecho, sus frentes y narices tocándose, las manos de Nux tocando la parte baja de la espalda de Evane mientras sus manos tocaban sus hombros.
Los dos podían sentir la respiración del otro en sus labios y en esta posición, Nux habló en voz baja,
—Sabes que puedes hablarme cuando te sientas angustiada, ¿verdad? No tienes que lidiar con todo sola. Quiero que seas una Evane fuerte como lo eras en el Salón Real, sin embargo, está bien ser débil al lado de alguien que amas. No te haré daño.
Esta vez, no había juguetonidad en la voz de Nux, su voz estaba llena de calidez y gentileza.
Empezó a acariciar su cabello con amor y preguntó,
—La muerte de Lovis todavía te afecta, ¿no es así?
—…
Evane no dijo nada.