—¿T-T-Tú... qué clase de estudiante he estado enseñando? —Arvina negó con la cabeza mientras miraba a Nux, quien sonreía hacia ella.
—Un estudiante realmente, realmente bueno y trabajador —respondió Nux.
—Heh —Arvina soltó un resoplido.
—Umm… Arvina —de repente, Allura llamó.
—¿Hmm? ¿Qué pasa? —Arvina se giró hacia Allura.
—Todavía lo entrenas, ¿verdad? —preguntó Allura.
Al escuchar esa pregunta, Arvina suspiró:
—Sí, lo sé, es más fuerte que yo, ya lo sé y no quiero oírlo de nuevo. Mi respuesta es clara, su forma puede ser buena, pero aún puede mejorar y creo que puedo ayudarlo a mejorar.
Un rato antes, Ámbar había molestado a Arvina por ser más débil que Nux y aún así entrenarlo; a Arvina no le gustaba ese sentimiento. Por ello, estaba un poco sensible sobre este tema.
Allura, sin embargo, no le importaba todo eso:
—Woah Woah, no pedí ninguna explicación, está bien, sólo quería un simple sí o no. ¿Todavía lo entrenas o no?
—Sí. Lo hago.
—¿Cuántas horas?