—Te amo, Iris —dijo Lux suavemente mientras se inclinaba para besar sus labios.
El beso no fue largo y solo duró unos segundos, pero fue suficiente para transmitir su amor sincero hacia su prometida, quien lo amaba igualmente.
—Yo también te amo, Lux —los ojos de Iris estaban empañados mientras le daba a su amado una sonrisa amorosa—. Fuiste un poco más brusco comparado con la última vez.
Lux acariciaba el rostro de Iris mientras la miraba con preocupación.
—Lo siento. ¿Te hice daño?
—Iris negó con la cabeza antes de envolver sus brazos alrededor del cuerpo de Lux, acercándolo para susurrarle en el oído.
—No soy un jarrón delicado que se rompe fácilmente —susurró Iris—. Puedes ser brusco conmigo tanto como quieras. Te garantizo que lo resistiré.
Las palabras de Iris eran como los susurros de un diablo, animando a Lux a hacer cosas malas. Sin embargo, el Medio Elfo se controló y solo le dio una breve sonrisa. Se acostó junto a su prometida, envolviéndola en un abrazo amoroso.