—Kaizen, ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos, ¿no es así? —Su voz era calmada, pero contenía un toque de misterio que siempre la rodeaba.
—En efecto, Korgrak. ¿Ha cambiado mucho desde la última vez que nos vimos?
Korgrak soltó una leve risa, un sonido casi inaudible a través de la máscara. —No mucho para mí, pero seguro que para ti sí... —bromeó y luego levantó un poco la máscara, dejando ver su delgada barbilla y labios finos.
Luego tomó la jarra de Salles y dio un buen trago de cerveza.
—Eh, esa es mi bebida —dijo Salles.
Korgrak dejó de beber por un momento y respondió:
—Lo sé —dijo, sonrió y bebió de nuevo hasta que no quedó ni una gota en la jarra. Entonces miró a Kaizen. —Entonces, Kaizen, ¿qué te trae a Holinda aun en medio de la turbulencia en la que debe estar tu vida? ¿Alguna misión?