```
Mientras los dos gigantes continuaban su choque, Kaizen y su grupo se refugiaron en una formación rocosa cercana. Él se agazapó detrás de un gran bloque de hielo, intentando mantener un perfil lo más bajo posible y a la vez poder observar cómo se desarrollaba la batalla.
El suelo temblaba con la fuerza de los golpes de los gigantes. Kaizen podía sentir la vibración a través del hielo bajo sus pies, y el ensordecedor sonido del impacto de sus ataques resonaba en sus oídos. La batalla continuaba en el fondo con una furia implacable, y Kaizen no podía evitar admirar la ferocidad de los gigantes. Sus armas de hielo brillaban y cortaban el aire con poder abrumador, y aunque se infligían golpes devastadores el uno al otro, ambos los resistían bien.
A pesar del peligro inminente, Kaizen estaba lleno de una mezcla de asombro y fascinación.
—¿Qué deberíamos hacer? —preguntó Samantho.