Dentro del Palacio Real, había un gran salón, de unos cien metros de largo y veinticinco de ancho.
El salón estaba cubierto de un noble tipo de mármol blanco desde el piso hasta la pared, y todo el espacio estaba iluminado por docenas de lámparas de oro. En el centro del salón había una enorme fuente con pétalos violetas flotando en el agua. La arquitectura interior del palacio era aún más lujosa que la de sus muros.
El típico suelo de mármol blanco recorría todos los corredores del edificio, adornados con alfombras, armaduras y plantas que daban vida al entorno. Las paredes de los casi cien corredores también estaban decoradas con tapices y obras de arte.
Cuando el grupo de soldados de la Nueva Guardia Real entró en el salón, escoltando a Kaizen. Todos los demás guardias que protegían las puertas y las entradas a otros salones clavaron sus lanzas en el suelo al mismo tiempo.