—¿Qué vamos a hacer? —preguntó Klank, mientras su respiración se aceleraba ante la posibilidad de ser atacados en cualquier momento.
Kaizen miró a Klank y dijo con confianza:
—Probablemente encontraremos a ese monstruo antes de que él nos encuentre. La misión aún no ha fracasado, así que Resmir debe seguir vivo. Para descubrir dónde está ese viejo, tenemos que seguir las huellas que deben estar por aquí en alguna parte... Solo mantén la calma, porque te garantizo que conseguiremos el objeto que necesitas.
Klank miró a Kaizen con estima. Sabía que Kaizen estaba listo para enfrentar cualquier desafío. En ese momento, Klank asintió y sonrió.
—Está bien, tienes razón.