Desesperación.
Ira.
Sorpresa.
Culpa.
E incluso pena.
Un torbellino de emociones se arremolinaba dentro de Rui. Emociones que no comprendía. Solo la había conocido durante veinticuatro horas. Eran apenas amigos, ya que habían llegado a conocerse un poco durante la misión. Había muchas posibilidades de que Rui nunca volviera a verla, incluso si la misión tenía éxito.
¿Entonces por qué?
¿Por qué sentía que su alma se desgarraba mientras contemplaba su cadáver?
¿Porque era su responsabilidad? ¿Porque se había involucrado emocionalmente con su bienestar y éxito?
Probablemente ambos.