El corazón de Raziel latía rápido, sus pensamientos un torbellino de pánico y vergüenza. Miró hacia la izquierda y hacia la derecha para ver si había alguna forma de escapar. ¿O debería simplemente arrastrarse lejos?
No... Sabía que no podía simplemente escabullirse como un intruso culpable; solo confirmaría cualquier sospecha de impropiedad. Su única opción era enfrentar la situación de frente con honestidad y esperar ser comprendido.
Tomó una respiración profunda, fortaleciéndose para salir y disculparse, pero antes de que pudiera moverse, su figura apareció de repente frente a él. Ella era 100 años mayor que él pero se veía tan joven y radiante.
Estaba vestida con una delgada túnica roja con una faja alrededor de su cintura que se adhería a su cuerpo mojado, levemente transparente debido a la humedad, acentuando su elegante figura.
La túnica delineaba su esbelta figura, destacando sus curvas de una manera que dejó a Raziel sin aliento momentáneamente.