Entonces, Angélica simplemente asintió y Tara interpretó su expresión como una forma de sorpresa ante tal vuelco del destino. Angélica estaba bastante sorprendida, por cómo habían terminado allí de repente y por las mentiras de Guillermo.
—¿Ves? Necesita tiempo para descansar —Guillermo utilizó ese incómodo momento a su favor—. No podemos irnos, como si pudiéramos ayudar en primer lugar. No conocemos la ciudad, no sabemos nada sobre las áreas cercanas.
—No te preocupes por eso, ya he reunido un gran equipo, uno que tiene experiencia en toda la región...
—Eso no servirá —Guillermo agitó su brazo, como si ella dijera algo insensato—. Viajamos de noche y tuve que correr durante mucho tiempo sin saber nada sobre el terreno o las áreas por las que pasé. Solo me importaba salvar mi vida y la de ella, no me importaba nada más, siendo honesto.
—Esto…