—Por favor… —Claudio rezaba.
—Por favor aguanta…
Veía cómo sus No-muertos caían, uno tras otro, a manos del enemigo claramente superior.
Ninguno de ellos tenía la más mínima oportunidad
Ater los aplastaba a todos con facilidad, usando su puño desnudo para golpearlos. Terminaba con sus falsas vidas instantáneamente y sin apenas esfuerzo.
Hasta que finalmente… solo quedaba uno en pie.
—Patético. —En un instante, ese también fue destruido por un único enemigo.
Todos sus No-muertos más poderosos habían desaparecido.
—Huu…
Claudio no estaba preocupado ni asustado, sin embargo.
—…Por fin…
La respuesta estaba justo detrás de él, en forma de una entidad que nació del sacrificio supremo de más de dos mil vidas.
¡El No Muerto Supremo—Caballero de la Muerte!
De todos los No-muertos que existían, este era conocido por ser de estatus mítico.