Maxim sabía que debía escuchar a Renwyck, no solo porque el mago conocía la fuerza de la naturaleza mejor que él, ya que sus dragones parecían tener habilidades especiales para predecir el clima, sino también porque Renwyck aún podía pensar con claridad.
Maxim estaba demasiado frustrado y molesto por todo lo que había sucedido tras llegar a Myreen y descubrir la verdad. Sumado al hecho de que Emmelyn estaba en mal estado, a veces sentía que estaba a punto de perder la razón.
Por eso, estaba agradecido de que Renwyck estuviera a su alrededor para darle buenos consejos, empujarlo cuando se desviaba y brindarle apoyo cuando sentía ganas de rendirse y no quería regresar a Castilse.
Así que, habiendo escuchado el consejo de Renwyck, Maxim pidió al cochero, Jon, que condujera más rápido para poder llegar lo antes posible a la ciudad que tenían frente a ellos.