—Emmelyn logró encontrar dos piedras secas que utilizó para hacer fuego. Pronto, estaba disfrutando de pescado a la parrilla para llenar su estómago. Sabía bastante bien, incluso sin sal u otro condimento.
Normalmente llevaba algunos suministros en una pequeña bolsa cuando viajaba, pero hoy no tenía ninguno. ¿Quién hubiera pensado que sería secuestrada en plena luz del día, en la ciudad del rey donde su esposo era el príncipe heredero?
¡Cielos...!
Pensar en lo que había ocurrido antes la hacía hervir la sangre. Realmente quería encontrar a Ellena y tirar de su cabello, y arrastrarla hasta que gritara y suplicara perdón, el cual Emmelyn nunca daría.
—Oye, pero al menos con este incidente, finalmente Marte tendría una excusa para realmente cortar lazos con esa bruja —pensó Emmelyn.
Se había sentido inquieta desde que se enteró de que Marte tenía una amiga de la infancia. Inicialmente, le preocupaba ser parcial hacia Ellena porque simplemente estaba celosa.