Emmelyn permanecía inmóvil en su lugar, pensando en lo que le había dicho la señora Adler. Ella no tenía poderes mágicos y no conocía a ninguna bruja excepto a la vieja bruja que ahora estaba sentada frente a ella. La magia era un mundo desconocido para ella.
Si realmente estaba maldita por los Leoraleis, entonces la única manera de liberarse de la maldición era encontrar a la familia y pedirles que la levantasen.
Emmelyn ni siquiera sabía cómo ni por qué los había ofendido tanto para merecer este horrendo castigo. Debía averiguar qué sucedió.
Pero, ¿cómo...?
En este momento, Emmelyn estaba embarazada de Harlow. Aunque estaba sana, no podía arriesgarse por su bebé. Era madre primeriza y realmente no sabía qué esperar.
Lily le había explicado algunas tecnicidades, pero aún así... era diferente de mujer a mujer y no tenía su propia experiencia real para saberlo.