Finalmente llegó la mañana. Emmelyn sintió su cuerpo desprovisto de fuerza y apenas podía abrir los ojos. Toda la noche, ella y Marte estuvieron haciendo el amor, una y otra vez, para aliviar el efecto del afrodisíaco.
El hombre finalmente dormía. Emmelyn se giró hacia un lado y vio a Marte dormir junto a ella como un bebé. Su respiración era regular y se veía en paz. Era una hermosa vista para contemplar.
Emmelyn suspiró y bostezó. Recordó lo que había ocurrido la noche anterior y, de inmediato, apretó los dientes.
—¡Cielos...! —Sospechaba que una de las chicas Milot debió haber adulterado la bebida de Marte de alguna manera con la intención de forzarse sobre él.
—¿Fue Lori? Sí..., debe haber sido ella. —Emmelyn recordó lo coqueta que fue hacia el príncipe durante la cena y cuando se ofreció a preparar su cama.