Cuando Roshan trajo cajas tras cajas llenas de regalos, Emmelyn se sintió profundamente conmovida. La mayoría de los regalos eran de la reina. Le había traído ropita de bebé, una mantita suave, juguetes y muchas otras cosas.
También había dos abrigos muy cómodos para ella, hechos de una piel realmente suave. Emmelyn no pudo evitar sorprenderse cuando vio lo hermosos que eran.
—Me imaginé que tu ropa se volvería demasiado pequeña pronto. Así que decidí traerte algunos abrigos holgados que puedes usar después de que tu vientre crezca —explicó la reina.
—Ah, gracias, Su Majestad —Emmelyn sonrió ampliamente—. Todo esto es tan hermoso.
—No lo menciones. Estás llevando a mi nieto. Por supuesto, mereces lo mejor —respondió la reina con casualidad.
Lady Athibaud trajo a Emmelyn algunas vitaminas y hierbas del médico de su familia, algunas frutas y pasteles, también algunas cositas pequeñas para el bebé.