—Realmente no hay necesidad de que malgastes tu precioso tiempo, Presidente Feng. Realmente podemos arreglárnoslas. Y además de eso ya tengo un amigo con nosotros. Tu presencia podría ser algo abrumadora. Mi amigo no podrá manejarlo —dijo ella torpemente.
—¿Pídele a tu amiga que cancele sus planes contigo? —dijo él tranquilamente en medio de comer. Su voz era fácil y clara, pero dejó a la mujer confundida—. ¿Eh? —dejó escapar una pregunta y luego lo miró contemplando lo que realmente quería decir con sus palabras.
—Si tu amiga se va a sentir abrumada en mi presencia, entonces pídele que deje sus planes. ¿Alguna confusión más? —explicó Feng Shufen.