Harvey, Susan, Wiliams, Luciana y Lance sabían que en cuanto juraran sus vidas para ser honestos con Harold y trabajar juntos para asegurar que el culpable fuera encontrado, no podrían volver atrás.
—Tienen la oportunidad de irse ahora —dijo Harold mientras los observaba tranquilamente a cada uno de ellos.
Todos intercambiaron miradas entre sí, pero la más larga fue entre Susan y Williams, quienes sabían lo que esto significaba para ellos.
Lance, por otro lado, quería irse. Miraba alrededor buscando a alguien que se levantara primero para poder seguirle, pero ninguno lo hizo.
Harvey alargó la mano para coger uno de los puñales y, tan pronto como lo tomó, Alvin apareció a su lado y lo arrebató de su mano, haciendo que Harvey y los demás lo miraran confundidos.
Alvin ignoró sus miradas y simplemente empujó el cuenco hacia ellos antes de abrir su palma para que Harvey le diera la suya.