El tono de Jia Li y los fuertes golpes en la puerta fueron suficientes para perturbar el sueño de Jazmín. Fu Hua temía que el pequeñín se despertara y comenzara a llorar, así que rápidamente caminó hacia la puerta y la abrió.
Jia Li dejó de gritar y trató de entrar rápidamente al cuarto, pero Fu Hua le bloqueó el paso.
—¿Ya terminaste de hacer ruido? ¿Quieres despertar a Jazmín? —preguntó Fu Hua.
—¡Hazte a un lado! —dijo Jia Li con una mirada feroz, pero él no se movió.
—Jia Li, ¿qué te pasa? —preguntó Fu Hua con el ceño fruncido.
—Incluso estás llamando por mi nombre, ¿por qué no le agregas 'Señorita Qin'? —preguntó Jia Li.
Justo ahora se dio cuenta de que él la había estado llamando por su nombre.
—Esta no es mi querida, no sé quién eres —dijo Fu Hua mientras la miraba a los ojos. El comportamiento de Jia Li hoy, realmente fue una revelación para él.
Ella era tan diferente de esa chica tranquila e inocente con la que se casó. No podía controlarla.