Jia Li parecía una linda muñequita cuando terminó de arreglarse. Fu Hua estaba satisfecho con su apariencia y realizó los pagos antes de sacarla.
Jia Li se quejó de que tenía hambre después de que el soldado que salió con ellos, les abrió la puerta del coche y se sentaron en el asiento trasero.
Fu Hua sacó un paquete de almendras de uno de los compartimentos y se lo dio.
—¿Cuándo lo pusiste aquí? —preguntó Jia Li sorprendida al tomar los paquetes de almendras de él.
—En la mañana —respondió Fu Hua. Fu Hua vio la sorpresa en su rostro y explicó más...
—Sabía que tendrías hambre y como no quería que comieras algo poco saludable, tuve que traerlo.
Jia Li estaba sorprendida de que él viniera preparado y había arruinado sus posibilidades de comer hamburguesas. Sabía que no le permitiría comer comida chatarra ni nada con muchas calorías, pero ansiaba muchas cosas poco saludables, lo que la dejaba insatisfecha.