—Señorita Aurora —Enoch llamó su nombre mientras se acercaba a ella, instándola a avanzar.
Aurora soltó un suspiro y caminó de mala gana hacia la dirección de Damien, sintiendo que sus piernas se debilitaban bajo el peso de las miradas de todos. No podía creer que Damien había traído a su pareja sexual frente a la familia de su prometida, era una movida indignante.
—Saludos, mi señor y Señorita —dijo Aurora, inclinándose ligeramente ante los padres de Sarah antes de voltearse para enfrentar a Sarah, quien parecía ni feliz ni triste de verla. Era más una mirada de curiosidad pero no satisfecha, y Aurora esperaba que fuera más desinterés que curiosidad.
—Señora Sarah —Aurora hizo un gesto hacia Sarah, devolviéndole el saludo.
Mientras Sarah miraba a Damien, mostraba una expresión inquisitiva, preguntándose quién era la mujer desconocida. ¿Podría ser la doncella que él había organizado para ella? Pero parecía demasiado bien vestida para ese papel.