El hombre se rascó la nuca —Maestro Damien, pude ver la parte inferior de su cara. Sus labios eran bonitos y rosados. Digo cualquier cosa y tú empiezas a hablar de matarme.
—¿Estás seguro de que era una bruja blanca? —preguntó.
El hombre asintió con la cabeza, que estaba de pie lejos del vampiro de sangre pura pero no lo suficientemente lejos como para tener que gritar para dar la información —Ella me mostró esta piedra de encanto que era de color rojo. El rubí.