«Debe ser por este repentino cambio en el clima. Me acostumbraré pronto», pensó y agarró la manta.
Se sentía tan incómoda con esta variación de temperatura que enterró su rostro en la manta pero en lugar de ello, se sintió sofocada y apartó la manta de su cabeza.
Los demás, que pensaban que su Reina tenía frío, pidieron añadir más leños al fuego mientras empezaban a sentir demasiado calor en la cámara.
—Su Majestad, ¿hay algún problema? ¿No se encuentra cómoda? —preguntó Tyra mientras Xena la miraba preocupada.
—Es solo el frío. Estaré bien pronto —respondió Seren.
—He pedido que preparen té y aperitivos tempranos para usted, Su Majestad. Espero que se sienta mejor. Si no, podemos llamar al médico —sugirió Tyra.
—Gracias, Tyra.
Seren cerró los ojos mientras intentaba soportar esta sensación incómoda en la que se sentía agitada. La hora de la cena llegó pronto y se sirvió para Seren en su cama, ya que no deseaba salir de esa cálida manta.
—Eso es todo —dijo Seren.