Para ser precisos un grupo de chicos estaban adulando a un joven en sus últimos años de adolescencia.
—Joven Maestro Mu, debo decir que poder tener tan buena apariencia con un excelente trasfondo y recursos, ¡verdaderamente eres la crema y nata! —uno de los chicos elogiaba a Mu Jie, quien estaba sentado en el centro de atención.
Mu Jie, el joven maestro de la prestigiosa familia Mu, era ciertamente una figura impactante. Su encanto, riqueza e influencia lo hacían muy buscado tanto por hombres como por mujeres en la ciudad.
Mu Jie soltó una carcajada, sus ojos escaneando la habitación llena de admiración.
—Bueno, no es fácil ser yo —respondió con un atisbo de arrogancia.
La adulación continuó, Mu Jie mostró una mirada aburrida pero estaba muy satisfecho con sus halagos.
Justo entonces el Inspector Zhao entró al bar y fue a la habitación privada donde Mu Jie estaba en plena fiesta y golpeó cortésmente a la puerta.