Al ver a la pálida y algo herida Yu Holea, el corazón de la señora Qiao se llenó de tristeza y preguntó al médico:
—¿Qué está pasando? Justo esta mañana estaba completamente bien, pero ahora...
Su voz se quebró un poco.
El médico examinó a Yu Holea y comprobó su temperatura, pulso y condición general.
Después de un examen exhaustivo, el médico se volvió hacia la señora Qiao con una expresión grave.
—Me temo que la señorita Yu está sufriendo de agotamiento y fiebre debido a un exceso de esfuerzo —dijo el médico.
La señora Qiao se veía preocupada y preguntó:
—¿Hay algo que podamos hacer para ayudarla?
El médico asintió y respondió:
—En primer lugar, necesita mucho descanso. Voy a prescribir algunos medicamentos para ayudar con la fiebre y proporcionarle los nutrientes y líquidos necesarios —dijo el médico.
No pudo evitar murmurar para sí mismo:
—Pero ¿por qué su cuerpo está tan débil? No parece normal...