—Vale, lo siento, Kat —dijo Kamiko—. Me he distraído un poco ahí. No quería pasar tanto tiempo hablando de fantasmas... pero supongo que es un poco importante para la historia, así que realmente no fue tiempo perdido. Eh, ¿quieres algo de beber?
—Estoy bien, realmente ya no tengo sed, o al menos, no he pasado tanto tiempo sin agua como para que se convierta en un problema, y puedo hacer hielo si realmente lo necesito. Además, disfruté la charla sobre fantasmas, fue informativa.
Kamiko sonrió y sus ojos comenzaron a girar. —Eso es genial de escuchar. Supongo que debería empezar entonces la historia de la invocación. Así que, me llamaron a este templo que ves. En medio de una sala masiva llena de... oh, debieron ser doscientas personas o más, ¿quizás? Tal vez más, todos rezando al círculo en el que fui invocada.