Mientras Neveah salía abruptamente de los aposentos del Señor Imagor, chocó con algo... o alguien y su cara tuvo contacto con un pecho duro,
—Una serie de palabrotas escaparon de Neveah mientras ella levantaba la mano para frotarse la cabeza.
—¿¡Por qué demonios estás en mi camino?! —exigió Neveah mientras su mirada se elevaba, solo para encontrarse con un par de pupilas dispares.
De pie justo en la puerta estaba el Rey Jian, acompañado por el resto de la Guardia del Rey, los Señores Kirgan, Casiano y sorprendentemente, Xenon también.
La ira de Neveah se enfrió casi inmediatamente al ver a cuatro de los dragones más poderosos de la fortaleza, que precisamente eran los que estaban en su camino.
Una ceja se arqueó en la cara del Rey Jian ante las palabras de Neveah, pero no había nada que ella pudiera hacer, las palabras ya habían sido dichas y no se podían retractar.
Aun si pudiera, Neveah no tenía intención alguna de retractarse.