—Eira... —Neveah murmuró lentamente, sus ojos se abrieron ligeramente y su corazón tembló dentro de su pecho mientras leía la nota una y otra vez, sin embargo, cada lectura no la hacía más fácil de comprender.
Ante sus ojos estaba la primera mención de su madre en dieciocho años, dándole la única cosa que Neveah había buscado tan desesperadamente, la única cosa que la había mantenido atada al lado de su padre por tanto tiempo,
sin atreverse a desobedecer o albergar alguna opinión por temor a que perdiera la única oportunidad de conocer a su madre.
Había rogado a su padre una y otra vez durante años para que le dijera algo, cualquier cosa sobre su madre... cualquier cosa.
Sin embargo, ni una sola vez se le escapó nada, aparte de cuando comparaba su personalidad con la de su madre de manera burlona, entonces, ¿qué era exactamente esto?