—No entendí ni una palabra de lo que dijiste, pero es increíble... —Altea soltó una risita y negó con la cabeza, simplemente guiándolos hacia el interior del restaurante. Sin embargo, antes de dar un paso, se detuvo.
—Solo llevaré al señor y a un confidente. —El grupo de 'confidentes' se quedó congelado pero miraron a Kimmy con ansias de manera discreta. Excepto Raine, que estaba tranquilo y parecía sólido como una roca.
—Raine vendrá conmigo —dijo Kimmy y Raine sonrió en respuesta.
—Gracias por la oportunidad, mi Señor. —Kimmy asintió, intentando parecer fresca y prestigiosa como siempre. Luego, se giró y siguió la estela de Altea.
No obstante, antes de que se separaran, Raine dio varias docenas de plata para cada uno de los compañeros 'rechazados'. —Úsenlo para comprar —dijo—. No está tan mal, estar en una reunión no es muy divertido, ¿verdad?