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Territorio Brillante
Ansel y Tom estaban cerca de las puertas del territorio, justo al lado del camino de tierra para ver el nuevo grupo de refugiados lo más de cerca posible.
Observaban a cada nueva persona entrar en el territorio con ojos perspicaces pero preocupados. Escaneaban cada nuevo rostro, esperando ver caras conocidas.
No estaban solos, de hecho, ya que había alrededor de una docena de otros tratando de ver si había personas que conocían entre la multitud.
El aire estaba cargado de anticipación. Uno a uno, observaban cómo los refugiados exhaustos emergían de las puertas y aparecían en su campo de visión.
Como era en los grupos anteriores, veían más y más rostros desconocidos, cada uno con ropa desgarrada, cuerpos ensangrentados y ojos cansados. Sin excepción, sus estaturas exudaban agotamiento físico y emocional.