Yang estiró los brazos hacía arriba para intentar aliviar el ligero cansancio que sentía. A su lado, su hermana menor caminaba junto a ella mientras ambas volvían de la escuela. Realmente ella estaba agradecida que el semestre esté por terminar, porque asistir a clases se volvía tedioso rápidamente. Lo único que la motivaba a seguir llendo, eran las prácticas de combate. Y la promesa que su madre le había hecho si conseguía buenas notas a final de semestre.
Las clases de combate eran liberadoras. Ya que ahí podía sacar a relucir el fruto de su entrenamiento, mientras de paso aprovechaba para sacar algo de frustración golpeando a algunos idiotas que creían que podían con ella. No quería ser muy arrogante, pero era la mejor de su clase cuando se trataba de pelear. Ella era mucho más fuerte que la mayoría y si resultaba que encontraba a alguien más fuerte que ella, bueno, su Semblanza estaba ahí para darle la pequeña ventaja que necesitaba.
Y sobre la promesa de su madre. No podía esperar a conseguir al fin aquella hermosa moto que había estado deseando desde hace un año. Había tomado algunas clases de conducción y practicado con unos amigos que ya tenían sus propias motos. Todo para cuando finalmente llegue el día que tanto ansiaba.
Ya quería ver la reacción de Gray cuando la viera llegar en esa hermosa moto amarilla.
Ambas llegaron hasta la entrada de su casa, abriendo la puerta sin ninguna preocupación. Hasta que escucharon voces provenientes del piso de arriba. Al principio parecían amortiguadas, pero con solo acercarse unos pocos pasos, ambas escucharon lo que claramente eran gemidos.
Un sonrojo invadió el rostro de ambas. Ruby miró a su hermana mayor con nerviosismo y vergüenza. Completamente conscientes de lo que estaba pasando en el piso de arriba.
Yang fué la primera en moverse, caminando lentamente hasta las escaleras. Ruby la siguió en silencio casi de inmediato, midiendo sus pasos para evitar hacer ruido, sin mirar a ninguna otra parte, salvo el lugar de donde escuchaban esos sonidos obscenos. Ninguna sabía por qué estaban teniendo tanto cuidado al caminar, pero no podían evitarlo. Tenían curiosidad por ver lo que estaba pasando en la habitación de su madre. Incluso si sabían exactamente qué se encontrarían.
La voz de su madre se hacía más clara, hasta que pareció ser amortiguada por algo. O más bien, como si estuviera tragando algo que tapaba completamente su boca. El sonido húmedo de algo chocando contra algo, junto con la voz atragantada de su madre se hacía más claro mientras más se acercaban. Hasta que finalmente ambas estaban frente a la habitación de su madre.
Yang empujó la puerta lentamente, solo lo suficiente como para poder ver algo. Ambas miraron por la rendija, viendo una escena que dejó sus mentes en shock. Su madre, casi completamente desnuda, salvo por unas medias largas hasta los muslos. La cuál estaba siendo penetrada por dos Gray. Ambos gruñendo con fuerza mientras asaltaban tanto la boca, como la feminidad de Summer, sin darle un momento de descanso.
Summer parecía completamente perdida en el placer. Su mirada estaba casi en blanco, completamente intoxicada por la lujuria, mientras su cuerpo estaba cubierto por toda clase de fluidos, tanto suyos, como de los dos Gray que la embestían sin parar.
Ruby tuvo que taparse la boca para no jadear de sorpresa. Nunca en su vida esperó ver aquella vista. Mientras Yang estaba sorprendida, sí, pero sobre todo, excitada. Ésta era la segunda vez que veía a su madre en esta situación y aunque estaba igual de sorprendida que su hermana menor, un pensamiento pareció ocupar su mente más que cualquier otro.
Ella quería estar ahí.
Yang bajó la vista hasta su hermana pequeña, viendo como ella parecía inquieta, con sus manos a punto de viajar a una zona peligrosamente cerca de sus partes más íntimas. No pudo culparla, ella también estaba sintiendo un ardor en su vientre, que la motivaba a llevar sus manos hasta su feminidad para intentar calmarlo. O mejor aún, entrar y unirse para que Gray calme el calor en su interior.
Ella estaba a punto de llevar sus dedos hasta su zona más íntima, sin importar que Ruby estuviera literalmente debajo de ella, pero una voz detrás de ambas las sorprendió.
"¿Disfrutando la vista?".
"...!!!".
Ambas casi saltan de su piel mientras retrocedían, apenas evitando caer estrepitosamente al suelo. Allí, de pie en el pasillo, vieron a otro Gray, vistiendo solo una toalla para cubrir su parte inferior. Él las miraba con una expresión ligeramente divertida, pero también ligeramente avergonzada.
"¿C-cómo...?". Yang intentó preguntar.
"Son clones. Me dió un poco de hambre y bajé a la cocina para comer algo, así que dejé un par de clones mientras tanto. Ustedes parecían muy concentradas en... Éso, para notarme". Explicó él, asintiendo hacía la habitación de donde seguían llegando aquellos ruidos.
Yang no pudo evitar sentirse avergonzada, no solo por su despiste, o por ser descubierta mirando a su madre tener relaciones, si no también por la vista ante ella. Gray se veía sudoroso, más de lo que nunca lo había visto. Su torso desnudo y tonificado lucía brillante por la humedad, resaltando su piel. Y la toalla, apenas cubriendo suficiente como para no dejarlo completamente expuesto, pero si lo suficiente como para poder fantasear con lo que había debajo.
"¿C-cuánto tiempo... Llevan... H-haciéndolo?". Pregunta Ruby en voz baja. Sin ser capaz de evitar volver a mirar hacia la habitación donde su madre estaba.
"No tengo idea. Normalmente terminamos antes de que ustedes dos lleguen, pero conseguí un trabajo y bueno... Summer estaba impaciente".
Yang no pudo con la oleada de pensamientos que empezaron a brotar de su mente. Los sonidos lascivos que seguían sonando justo en la habitación frente a ellos hicieron que el calor en su feminidad no hiciera más que aumentar. Así que tomó una decisión.
Ella tomó la mano de Ruby y caminó hasta Gray, tomándolo de la mano y llevándolo a él y a su hermana hasta su habitación. Para completa sorpresa tanto de Gray como de la propia Ruby.
Al entrar, Yang se paró frente a ambos, sin saber muy bien cómo continuar. Si bien era cierto que se sentía muy caliente, nunca se había desnudado frente a su hermana. Al menos no desde que eran niñas y se bañaban juntas. Ahora era diferente, ya no eran niñas pequeñas. De hecho, Ruby había crecido... Mucho.
Yang no pudo evitar visualizar como Ruby crecería para ser una hermosa mujer, tan dorada como la propia Summer. Incluso si sus pechos aún no se habían desarrollado del todo, lo cierto es que para la edad que tenía, eran grandes.
Con la lujuria nublando su mente, ella empezó a desabotonar la camisa de su uniforme escolar. Sus nervios hicieron que sus manos temblaran ligeramente, pero ella descartó su vergüenza, ya habían llegado hasta este punto, y Gray estaba prácticamente desnudo. No se echaría atrás ahora.
Su blusa cayó, dejando libre sus pechos, cubiertos solo por su sostén, una simple de color negro que usaba simplemente porque era cómodo. Sin embargo, su figura destacaba a pesar de lo simple de su prenda. Continúo con su falda, bajando el cierre a un costado y dejándola caer junto a la camisa, mostrándole a Gray sus bragas, igualmente negras, con pequeños diseños de encaje.
No pudo evitar sonreír al ver como el miembro de Gray empezaba a levantarse poco a poco. Y no pudo evitar resoplar con diversión al ver cómo Ruby se cubría el rostro por lo avergonzada que estaba.
"Vamos, Ruby. Te toca".
"¡¿E-e-eh?!".
"¿No quieres hacerlo con Gray?...". Preguntó Yang, acercándose a Ruby lentamente, parándose detrás de ella para llevar sus manos lentamente hasta los botones superiores de la camisa. Ruby solo pudo tragar de nerviosismo al ver cómo Yang empezaba a soltar uno por uno los botones de su camisa frente a Gray, el cuál parecía hipnotizado por la escena.
El rostro de Ruby se volvió aún más rojo cuando sus pechos quedaron igual de descubiertos que los de Yang, mostrando el sostén que cubría sus senos. A diferencia del de su hermana, el suyo era blanco, con un pequeño moño rosa en el centro. Yang no se detuvo ahí, sus manos bajaron hasta el cierre en la falda de Ruby, bajando lentamente la cremallera hasta dejar al descubierto sus bragas, unas de color rosa, adornada con algunos diseños en los bordes, similares a los pétalos de una flor.
Ruby solo pudo intentar contener su voz al sentir cómo las manos de Yang pasaban lentamente por su costado, hasta llegar a sus pechos, apretándolos suavemente mientras soltaba una pequeña risa.
"¿Y bien, Gray?... ¿Solo te quedarás ahí?".
Gray no dijo una sóla palabra, solo procedió a tomar la toalla que cubría su parte inferior, para tirarla a un lado rápidamente. Tanto Yang como Ruby solo pudieron admirar con anticipación el cuerpo desnudo de Gray. Su pene, completamente erecto, palpitando en su dirección, mientras el líquido preseminal empezaba a gotear desde la punta.
Él se acercó a ambas, llevando sus manos hacia sus espaldas, abrazando a ambas suavemente mientras acercaba su rostro al de Yang. Yang no se resistió al beso, ella dejó que Gray juntar sus labios con los de ella, iniciando un acalorado intercambio mientras sus lenguas revoloteaban contra la del otro. Trás unos segundos, ambos se separaron, para que inmediatamente después Gray llevara sus labios contra los de Ruby. Al principio, Ruby parecía algo torpe, la vergüenza de ser observada en una situación tan íntima le impidió concentrarse, pero a medida que el embriagador sentimiento de ser besada la invadía, sus nervios fueron reemplazados por pura lujuria. Ella acercó su rostro aún más al de Gray, profundizando el beso mientras activamente movía su lengua contra la de él.
Cuando ambos se separaron, Ruby parecía casi aturdida, respirando pesadamente mientras sus pensamientos se hacían confusos. Su nerviosismo, casi completamente desaparecido, mientras parecía intentar volver a besar a Gray.
Yang se rió de esta, antes de que su mirada bajara hacia el miembro erecto y palpitante de Gray. Su mano se movió hacía el, tomándolo suavemente entre sus dedos, provocando que Gray se estremeciera ligeramente. Ella beso a Gray en el cuello, bajando sus labios lentamente por su pecho y costado, hasta llegar a su pelvis. Arrodillándose frente al enorme pene de Gray. Ella besó la base, tomando las pesadas bolas entre sus dedos, acariciándolas con suavidad. Disfrutó del como Gray se estremeció nuevamente con sus besos. Apenas conteniendo un gruñido mientras bajaba la mirada hacía ella.
Ruby no se quedó atrás, ella también se arrodilló junto a Yang, acercando sus labios más cerca de la punta de la virilidad de Gray. Éste soltó un débil jadeo al sentir cómo ambas empezaban a besar su polla, empapando toda su longitud con su tibia saliva. Ambas empezaron a enfocarse en su glande, moviendo sus lenguas alrededor, estando peligrosamente cerca de besarse entre ellas mismas, pero a ninguna pareció importarle este hecho. Ruby parecía demasiado embriagada de placer para notarlo y Yang, parecía completamente a gusto con esto.
Gray cerró los ojos, jadeando débilmente mientras su pene palpitaba debido a la estimulación constante que sentía. Sus manos se posaron sobre las cabezas de Yang y Ruby, acariciando su pelo mientras ellas continuaban trabajando con sus bocas. Un jadeo más fuerte escapó de su boca cuando sintió cómo una de ellas empezaba a acaparar todo su pene para ella. Ruby, motivada por la lujuria y el constante placer que sentía cuando su boca tocaba la virilidad de Gray, procedió a empujar a Yang a un lado, mientras trataba de meter toda la longitud de Gray en su boca.
Sus ojos parecían casi desorbitados, mientras ella continuaba chupando la mayor longitud posible. Incluso cuando claramente no podía, aún así continúo intentando meterlo todo hasta su garganta. Las pequeñas armadas se hicieron más frecuentes, hasta que ella finalmente desistió de la idea, jadeando pesadamente mientras dejaba libre la polla de Gray.
Yang no perdió el tiempo, como si se sintiera desafiada, ella procedió a chupar el pene de Gray al igual que Ruby. Y para sorpresa de esta última, ella lo hacía con mucha más facilidad.
Yang tragó la totalidad del miembro erecto de Gray, apoyando sus manos sobre las caderas de él, mientras su rostro chocaba contra la pelvis de este. Lentamente, ella retrocedió hasta casi llegar a la punta, solo para volver a tragarlo todo completamente. Su garganta apretaba contra la virilidad de Gray, enviando oleadas de placer a este, el cuál echó la cabeza hacia atrás mientras sentía como la calidez envolvía su miembro.
Ruby se sintió inquieta por la vista ante ella. Sus manos no pudieron evitar bajar hasta su feminidad. Usando sus dedos para saciar el hambre que sentía en su zona íntima.
Trás un rato más, finalmente Gray llegó a su límite. Sus bolas se estremecieron, mientras se contraían, preparándose para soltar toda la carga que llevaban. Yang notó esto, profundizando por última vez su mamada. Gray no pudo evitar tomar a Yang por detrás de la cabeza, empujándola contra él, mientras empezaba a disparar su espesa semilla.
Yang abrió los ojos con sorpresa, mezclada con euforia. Los gruesos chorros de semen caliente salieron disparados, empapando su garganta y manchándola completamente. Casi podía sentir cómo todo ese semen caía directamente en su estómago, llenándola con la semilla de él.
Trás unos segundos, Gray finalmente terminó de correrse. Yang se separó de él lentamente, dejando atrás un rastro blanco sobre toda la longitud de la polla en su boca. Cuando finalmente el miembro de Gray salió de su boca, ella jadeó pesadamente, sintiéndose embriagada de placer. Su mente estaba en blanco, incapaz de registrar nada más, salvo la polla frente a ella.
Incapaz de resistir más, Ruby se puso de pie, tomando la mano de Gray y llevándolo hasta la cama de su hermana. Allí, Ruby se subió, apoyando sus manos y rodillas sobre el colchón, mientras dejaba su trasero a la vista de Gray. Su coño goteaba sus fluidos íntimos, invitando a Gray entrar en ella. Una sonrisa sórdida adornó su rostro, mientras su mirada solo denotaba un instinto primario por reproducirse.
"Gray... Mételo... Yá... Por favor...". Suplicó, entre jadeos, la menor de las hermanas. Meneando su trasero de forma traviesa, para completo deleite de Gray.
"Eres toda una pequeña pervertida, Ruby". Se rió Gray, con una mirada hambrienta mientras miraba el redondo culo de Ruby menearse de un lado a otro. Él se acercó a ella, tomando sus caderas para alinear su pene contra la vagina de Ruby.
Ruby jadeó débilmente al sentir como la punta del pene de Gray rozaba sus labios inferiores, haciendo que sus jugos de amor fluyeran aún más. Gray no la hizo esperar más, metiendo lentamente su polla en el coño de Ruby. Sin poder contenerse, Ruby gimió con fuerza, sintiendo como sus brazos casi cedían ante el estremecimiento de su cuerpo.
Gray no parecía querer contenerse con ella. Metiendo la totalidad de su miembro en la vagina de Ruby. La cuál no pudo evitar tener un mini orgasmo al sentir como su interior se expandía mientras Gray continuaba metiendo toda su polla en ella, llegando hasta su útero, e incluso empujándolo más allá. Sus paredes internas apretaron con fuerza, haciéndola temblar por el placer. Incluso si al principio sintió algo de dolor, este rápidamente fué reemplazado por el más absoluto deleite.
"Haa... Tan apretada... Uff...".
"Hah~... Muevete, por favor... Aah~".
Gray empezó a mover sus caderas, sacando lentamente su pene de dentro de Ruby, solo para meterlo nuevamente. Ruby volvió a gemir dulcemente, incitando a Gray a continuar. Feliz de complacer sus deseos, Gray empezó a moverse más rápido, provocando un sonido húmedo con cada embestida.
Los gemidos de Ruby, junto con la escena frente a ella, hicieron que Yang se sintiera inquieta. Ella dejó que Ruby sea la primera, ya que ella había tomado la primera corrida de Gray, sin embargo, mientras más veía como esos dos tenían sexo, más aumentaba el calor en su zona inferior. Ella subió a la cama junto a Gray, rodeándolo con sus brazos mientras empezaba a besarlo en el cuello. Gray se mordió el labio inferior, disfrutando de la estimulación adicional que Yang le estaba dando, hasta que finalmente decidió complacer a Yang también. Él llevó una de sus manos detrás de Yang, agarrando su trasero mientras llevaba sus labios contra los de ella.
Yang soltó un gemido ahogado. Disfrutando de la sensación de placer que la mano y los labios de Gray le brindaban. Hasta que la sorpresa la invadió al sentir como los dedos de Gray bajaban hasta su feminidad. Ella no pudo evitar gemir mientras Gray empezaba a jugar con su coño. Mientras al mismo tiempo acercaba su rostro contra el de ella para continuar besándola. Ésto mientras aún continuaba embistiendo a Ruby.
Pronto, el sonido de su pelvis contra el pequeño y redondo trasero de Ruby, junto con los gemidos de esta, sumado a los ocasionales gemidos de la propia Yang inundaron la habitación.
"A-aaah~... Sí... Me encanta... Más... Aaah~... ¡Más!".
Gray detuvo sus besos Yang, tomando a Ruby con ambas manos, mientras empujaba con más fuerza contra la feminidad de Ruby. Sin poder soportarlo, Ruby estaba a punto de dejarse caer sobre la cama, hasta que sintió cómo Gray tomaba sus brazos, atrayéndola hacía él. Sus pechos rebotaban con cada embestida, mientras el sudor empezaba a caer por su cuerpo. Ella miró a su estómago, viendo como se formaba un enorme bulto bajo su vientre con cada embestida de Gray. Y por alguna razón, aquella vista la excitó aún más.
"Haaah~. Tan profundo... Aaah~... Me voy... Mnnh~... A volver... Loca... Aaaah~!".
Gray abrazó el cuerpo de Ruby, rodeándola con un brazo, mientras con el otro atraía su rostro contra el de él. Gray la besó con pasión, metiendo su lengua en la boca de ella, provocando que la yá liosa mente de Ruby quede completamente en blanco. Lo único que registró fué el placer, rindiéndose gustosamente ante el.
El asalto de Gray continúo por un rato más, hasta que sintió como el interior de Ruby apretaba con más fuerza. Empujando con más fuerza, sintió cómo él también estaba cerca de su límite. Cuando finalmente llegó a su clímax, empujó su polla tan profundo como pudo, descargando su semen directamente en el útero de Ruby.
"¡¡¡Aaaaah~!!!... Aah~... Mmnh~...".
El vientre de Ruby se expandió aún más con cada grueso chorro de semen que salía disparado a su interior. Ella no pudo evitar gemir con fuerza mientras sentía como su clímax llegaba. Sus fluidos íntimos chorrearon sobre la cama, empapando las sábanas debajo de ella, mezclándose con la semilla de Gray.
Cuando Gray finalmente terminó de correrse, separó sus labios de los de Ruby, dejándola respirar. Ella jadeó con fuerza intentando recuperar el aliento. Se sentía débil y mareada, pero sobre todo, se sentía increíblemente bien. El más absoluto éxtasis inundó su mente, haciéndola incapaz de registrar nada más.
Gray jadeó, sacando su pene del interior de Ruby, provocando que está vuelva a estremecerse débilmente. Ruby se desplomó sobre la cama, sufriendo pequeños espasmos mientras todo el semen en su interior empezaba a brotar hacia afuera.
Volteando su vista, Gray vió a Yang, sentada sobre la cama con las piernas abiertas mientras se tocaba a sí misma. Él se acercó a ella, recostándola sobre la cama, mientras se colocaba encima de ella. Gray la tomó de las caderas, alineando su pene contra la feminidad de Yang. Ella jadeó de expectación, sintiendo como su corazón latía con fuerza bajo su pecho. Estaba impaciente y Gray no la hizo esperar más.
"Oooh~...". Un gemido escapó de sus labios al sentir los primeros centímetros entrar en su interior. Sus paredes internas se expandieron a medida que Gray metía su virilidad dentro de ella, haciéndola estremecer con fuerza debido al placer. Se sentía incluso mejor que la última vez que lo hicieron. Cosa que atribuyó a las extrañas habilidades de Gray.
Yang se aferró a las sábanas cuando sintió que Gray empezaba a moverse. Una corriente placentera subió por su columna, aturdiendo brevemente todos sus sentidos cuando sintió cómo su útero era empujado más allá de lo que creía posible, haciéndola preguntarse, ¿Acaso se hizo más grande?. Ella podría jurar que la vez anterior no había llegado tan profundo. Sin embargo, lejos de sentirse incómoda, se sentía plena. Lo cuál, sumado a que Gray se movía justo como a ella le gustaba, hicieron que poco a poco se pierda en el placer.
Gray continuó moviéndose, con embestidas lentas, pero profundas. Acelerando su ritmo por momentos, solo para volver a hacerlo lento nuevamente. Yang sintió cómo el pene de Gray frotaba sus puntos más sensibles, provocando pequeños espasmos en todo su cuerpo.
"Mnnh~... Aaah~... Aaahh~... ¡Haah~!... Oooh~...". Ella no contuvo su voz. Sus gemidos resonaban por la habitación, indicando lo mucho que estaba disfrutando del momento.
Gray llevó una de sus manos hacia los pechos de ella, apretando suavemente antes de pellizcar una de sus pezones. Los labios de Yang temblaron mientras un gemido particularmente agudo escapó de su boca. Sus pezones se sentían muy sensibles, y Gray estaba haciendo un buen trabajo mientras los acariciaba.
Gray acercó su cuerpo al de ella, llevando sus labios contra los de Yang, iniciando un intercambio húmedo con sus lenguas. Yang cerró los ojos, abrazándolo mientras aceptaba la cálida y gratificante sensación en sus labios. Sus piernas rodearon a Gray, acercando sus cuerpos incluso más. La sensación de su piel contra la de él hizo que su cuerpo se sintiera aún mejor.
"Haaah~... Me encanta... Sigue... Aaah~... Más...".
Gray empezó a besar su cuello, provocando más gemidos por parte de ella. Todo su cuerpo se sentía increíblemente sensible y Gray parecía aprovecharse. Su lengua recorrió su cuello y mejillas, llegando hasta el lóbulo de su oreja. Yang no tenía idea de qué esa parte pudiera sentirse tan bien al ser besada, pero disfrutó plenamente descubrirlo.
"Nngh~. Aah~. Sí... Aaaah~. Mmmn~.".
Pronto, Yang sintió cómo se acercaba al clímax. Podía sentir su interior apretando con más fuerza contra el pene de Gray y podía sentirlo a él empujando con más fuerza contra su interior.
Cuando finalmente llegó al orgasmo, sus paredes se estremecieron con fuerza, mientras sus fluidos íntimos chorreaban como una fuente, empapando la entrepierna de Gray. Gray empujó una última vez, metiendo su pene hasta lo más profundo de Yang, antes de descargar toda su semilla dentro de ella.
"¡¡O-oooooh~!!...".
Yang sintió cómo su vientre se expandía y su interior se llenaba. La caliente y espesa semilla de Gray inundó su útero, llenándola de absoluto éxtasis. Ella jadeó con fuerza mientras los gruesos chorros continuaban saliendo disparados, desbordándose de su coño y manchando las sábanas debajo de ella. Su mente se sentía nublada de una forma gratificante. No sentía nada más que placer.
Cuando finalmente Gray terminó de correrse, este intentó liberarse del agarre de Yang, pero ella no lo dejó. Quería seguir en esa posición un poco más.
"Aún no... Aún no terminamos...". Dijo entre pesados jadeos. "Quiero hacerlo de nuevo... Con dos tú...".
"¿Segura?". Preguntó él.
"Sí... Hazlo...".
Varios destellos aparecieron en la habitación, tras esto, tres clones de Gray se formaron, todos desnudos y con sus miembros ya erectos apuntando a ella. Dos de los clones caminaron hasta Ruby, cargándola y sacándola de la habitación de Yang. Todo para confusión de Ruby, confusión que rápidamente se transformó en anticipación al comprender lo que le esperaba.
Ahora, a solas con dos Gray en la habitación, ella no pudo evitar sentir la misma anticipación que su hermana.
.
.
.
Fin—.
Ok. Terminamos aquí, si no, el capítulo se hará demasiado largo. Dejaré lo que falta para el siguiente.
No tengo mucho que decir, más allá de que el capítulo iba a salir antes, pero estaba viendo la segunda temporada de Arcane y me destrozó completamente el final del capítulo 6. Si no la vieron, véanla. En serio merece la pena.
Pero bueno. Espero les haya gustado el capítulo. Será hasta el siguiente.
:3
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