Pablo decidió que quería pasear «¡Pero hace un frío que pela!», me dijo. Yo apenas asiento con la cabeza, pensando que sin importar el frío Pablo de todas formas irá a pasear, y así fue. Después de tomar su abrigo y bufanda sale sin hacer ruido.
—No me gusta el frío —refunfuñó mirándome a los ojos.
—Ya lo sé», respondí con una pequeña risa.
—Aun así —Señaló con la cabeza hacia la puerta—. Me gusta el paisaje que se ve en invierno, eso sí que vale la pena ver.
Así son las cosas, que en cada época del año siempre hay algo que nos llama la atención y que disfrutamos ver.
—¿Quieres venir conmigo? —Me propuso de la nada. Me tomó desprevenido su proposición.
«Lo pensé mejor y sí, creo que un paseo me vendría bien», me dije. —Está bien, iré contigo —Acepté finalmente diciéndole con una sonrisa.