—No puedo creer que te haya propuesto en un hospital —murmuró Nora, su voz teñida de incredulidad mientras terminaba su serie de admiraciones hacia el anillo de Evana.
Evana soltó una carcajada, el recuerdo todavía fresco y divertido. —¡Yo tampoco me lo podía creer! Ese hombre astuto. Ni siquiera me di cuenta de cuándo me lo puso en el dedo. —Aun diciendo esto, no podía dejar de admirar el anillo.
Como princesa, estaba acostumbrada a todo tipo de joyas, pero este simple anillo de diamante con corte esmeralda, capturó su corazón. Cada vez que lo miraba, podía sentir las mariposas en su estómago...
—Ay, ay. Tenía tantas expectativas de Luci —bromeó Olivia, sus ojos brillando con picardía. Se acercó más, con una sonrisa juguetona en sus labios. —Quiero decir, ¿un hospital? ¿En serio? ¿Qué pasó con la cena romántica o una escapada sorpresa?