—Han pasado dos días y la Sra. Beazell aún no ha recibido ninguna noticia de Araña. Estaba indudablemente ansiosa y no podía concentrarse en nada. —Dos días han pasado ya sin ninguna información de él o sobre él. Sabía que este tonto estaba tramando algo malo. ¿Por qué no me ha contactado aún? —preguntó sin dirigirse a alguien en particular. Tenía la fuerte corazonada de que no tuvo éxito. Se levantó de su cama y comenzó a caminar por su habitación.
«¿Podría haber sido capturado? No, Araña no puede ser capturado. Es una de las criaturas más astutas que he conocido. Lo peor que puede suceder es que la operación haya fracasado, pero ser capturado, no», pensó.
—Después de un rato, intentó nuevamente contactarlo a través de su teléfono, pero la misma voz automatizada del teléfono le respondió. —Ni siquiera su número está disponible. —Esto fue suficiente para mantenerla en vilo.